Desde hace tiempo la empresa láctea SanCor viene desprendiéndose de plantas de producción en pueblos del interior tanto de Santa Fe como de Córdoba, aplicando una férrea reconversión en la que se terminan sacrificando miles de puestos de trabajo al punto que hoy, para evitar despidos y todo lo que ello conlleva en periodo de pandemia a causa del Covid-19, mantiene en suspenso a 500 trabajadores quienes dependen de un sueldo de $10.000.
“Es un delirio pensar que podemos pagar las cuentas y llevar un plato de comida a la mesa con 10 mil. Saben que no podemos estar así. Es una táctica para obligarnos a arreglar un retiro o que vayamos a un juicio colectivo en el que no va a pasar nada”, indicó a Data Conurbano Alejandro, uno de los obreros damnificados, quien agregó además que ningún trabajador en estas condiciones pudo acceder al cobro del IFE u otras ayudas económicas de parte del gobierno, por ser considerados por la Anses como personal activo.
“Es lamentable que le pase algo así a quienes llevamos más de 20 años de trabajo en la empresa que cortó todo diálogo con nosotros. Están en una reconversión y lo hacen con nuestra plata.”
Sucede que SanCor, cooperativa de “modos empresariales”, está compuesta por asociaciones de tamberos y transportistas de Santa Fe, haciendo de Sunchales su base y matriz productiva. Desde hace 4 años la dirección operativa apuntó al achique, licuando parte de un plantel de 5 mil puestos de trabajo.
La firma se desprendió de cinco polos productivos vendiendo en algunos casos a otras empresas o directamente cerrando, afectando prácticamente la vida de pueblos del interior, como el caso de Coronel Moldes de Córdoba.
Según relataron a este medio, SanCor sólo mantiene actividades en, además de Sunchales, Gálvez (Santa Fé), San Guillermo, Devoto y Balnearia (ambas en Córdoba), y el centro logístico de Don Torcuato, al norte de la provincia de Buenos Aires.
Fueron 1800 los empleados que mantuvieron su fuente laboral pero, desde antes de la pandemia, hay 500 suspensiones y rotaciones, es decir que hay solo 1300 puestos.
De acuerdo a lo manifestado por Alejandro, entre los trabajadores que fueron licenciados existe encono contra el sindicato ATILRA, Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, ya que jamás sintieron respaldo gremial aún en período de reclamo por incrementos salariales.
“No hay diálogo con nadie. Mientras que los trabajadores no tenemos defensa del gremio porque tienen el objetivo de no hacer paro, nadie atiende en SanCor.”
Los trabajadores suspendidos jugaron una carta y les queda una última: ya marcharon al Ministerio de Trabajo y notificaron lo que viene pasando. A la espera de novedades, nuevamente marcharían para poner fin a la situación angustiante que significa que 500 familias sí tienen trabajo o no.