El fortalecimiento del precio de la leche en la Unión Europea comienza a delinear un nuevo mapa para el comercio lácteo global y plantea interrogantes clave sobre su impacto en el Mercosur. El contexto europeo combina precios firmes, protestas de productores y una estrategia cada vez más orientada al valor agregado.
En las últimas semanas, Bruselas fue escenario de fuertes manifestaciones de agricultores y ganaderos de distintos países europeos —Alemania, Francia, Países Bajos y Austria, entre otros— en rechazo a las políticas comunitarias y ante la inminente concreción del acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur. Las protestas incluyeron tractores en las calles, alimentos volcados frente a edificios oficiales y reclamos directos a la Comisión Europea, en un mensaje claro: sin productores, la seguridad alimentaria del bloque está en riesgo.
Este clima social coincidió con la realización de las Jornadas Agroalimentarias de Bruselas (EU Agri Food Days), donde la lechería ocupó un lugar central. Allí, el analista senior Marco De Vincenzi, de la consultora Clal.it, describió un mercado lácteo europeo “cada vez más segmentado” y enfocado “más en el valor que en el volumen”.
Según De Vincenzi, la UE apuesta a consolidar su posicionamiento en productos lácteos premium, con especial énfasis en quesos, derivados del suero y alimentos ricos en proteínas. En este marco, se prevé que los precios de la leche se mantengan relativamente altos en el mediano y largo plazo, impulsados por una demanda sostenida de grasas lácteas y proteínas, aunque con episodios de volatilidad asociados al equilibrio entre oferta y demanda.
A nivel global, el crecimiento del consumo continuará liderado por Asia sudoriental, Medio Oriente y el norte de África, mientras que grandes importadores como China avanzan en el fortalecimiento de su producción interna. En ese escenario, la UE mantendría un rol central en las exportaciones mundiales de queso, mientras que Estados Unidos buscaría ganar participación en distintos mercados.
¿Cómo impacta este escenario en el Mercosur?
El fortalecimiento de los precios europeos genera impactos mixtos para los países del Mercosur.
Entre los aspectos positivos, se abren oportunidades claras: si la UE concentra su oferta en productos de alto valor, Argentina, Uruguay y Brasil pueden ocupar espacios en la provisión de commodities lácteos —como leche en polvo y manteca— en mercados emergentes de Asia y África. Además, los menores costos de producción del Mercosur permiten competir con mayor agresividad en segmentos donde Europa será menos activa. La diversificación de destinos, reduciendo la dependencia de China y profundizando vínculos con Medio Oriente y África, aparece como una estrategia clave.
Del lado de los desafíos, la principal limitante es la competencia en quesos y productos de alto valor agregado, un segmento donde la UE tiene una posición dominante y el Mercosur aún muestra una presencia acotada. A esto se suma la volatilidad de los precios internacionales: la firmeza europea puede presionar al alza algunos insumos y endurecer la competencia en mercados sensibles.
Un tercer eje, transversal y estratégico, es la sostenibilidad. Los compradores internacionales exigen cada vez más certificaciones ambientales, de bienestar animal y trazabilidad. En este punto, el Mercosur enfrenta el desafío de no quedar rezagado, ya que hacerlo implica perder acceso a mercados clave.
Todo El Campo
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