Roger Figueroa, presidente de la Cámara venezolana de la Industria Láctea (Cavilac), aseguró que diversos factores han afectado de manera importante al sector, lo que ha provocado una caída en la demanda.
Afirmó que al obtener el producto final se contempla un precio de venta que actualmente “no tiene ninguna utilidad (…) lo que queremos es que el producto llegue al público”.
El líder gremial afirmó que la pérdida del poder adquisitivo de los ciudadanos limita el acceso a los productos de la canasta básica alimentaria. Por lo tanto, “implica un gran esfuerzo mantener a los trabajadores, conseguir la materia prima, para que el producto esté en la calle”.
En entrevista radial, Figueroa destacó que los productos importados representan una competencia desleal para el sector: “Todo el esfuerzo de transformar la leche compite con un producto que viene al país sin aranceles, sin permisos sanitarios. La industria nacional no puede avalar la calidad de esos productos”, denotó.
Según el sindicalista, el consumo de lácteos en Venezuela se encuentra en el rango de los 40 y 45 litros por persona. Mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima necesario un consumo per cápita entre 130 o 150 litros al año.