Las comparecencias en el Congreso de los Diputados para modificar la Ley de la Cadena Alimentaria han provocado que industria y distribución hayan hecho públicas sus diferencias a la hora de responsabilizarse de los bajos precios que los ganaderos de vacuno de leche reciben por su producción en España, subrayan desde la OPL.
La industria alega que en España los precios del brick de leche líquida se conforman de arriba a abajo, es decir, la distribución es la que realmente establece cuál es el precio partiendo de sus lineales. La industria, según ellos, sólo puede repercutir ese precio hacia abajo, es decir, a los ganaderos que se convierten en rehenes de lo que marcan industria y distribución para que les cuadren las cuentas.
Una visita a las principales cadenas de distribución de nuestro país deja claro que la conformación de los precios, efectivamente, se realiza sin tener en cuenta los costes de producción que los ganaderos de vacuno de leche tienen que soportar en sus explotaciones ya que todas venden sus respectivas marcas blancas de leche líquida a precios idénticos, advierten desde AGAPROL.
Todas entre 57 y 59 cts.
El volumen de ventas de estos gigantes de la alimentación y la competencia entre ellos hace que ninguno de ellos se separe ni un centímetro de sus competidores y todos venden el brick de leche líquida entre los 57 y los 59 céntimos dependiendo de si la leche es desnatada, semidesnatada o entera.
Los ganaderos llevan años reclamando el pago de un precio que cubra sus costes de producción tal y como ahora establece la Ley y las industrias deberían de hacer lo mismo con la distribución si realmente -y como afirman- es ahí donde radica el problema.
La leche PVP ha bajado un 3,6%
La influencia sobre el mercado de algunas de esas marcas es indiscutible acapanado algunas de ellas más de 30% de las ventas en España.
Con este escenario es fácil entender, aseveran desde AGAPROL, que la distribución ha tenido hasta ahora carta blanca para bajar el precio de venta al público (PVP) de la leche en sus lineales un 3,6% en las marcas de fabricante y un 1% en las marcas de distribución durante los últimos cinco años tal y como afirma la propia industria basándose en informes de la consultora IRI.
La competencia por mantener un producto reclamo como es la leche a un precio similar al de sus rivales en los supermercados ha provocado que en España el precio se establezca de forma independiente al coste real de producción y casi 5.000 granjas hayan tenido que cerrar sus puertas por falta de rentabilidad en los últimos cinco años y 669 lo tuvieran que hacer durante el año 2020.
Destrucción de valor
La competitividad es capaz de generar más y mejores productos a precios atractivos para los consumidores pero situaciones como ésta dejan claro, en opinión de AGAPROL, que no se está respetando la prohibición expresa que la Ley hace de “destruir valor en la cadena alimentaria”. El R.D. 5/2020 lo expresa con claridad: “Con el fin de evitar la destrucción del valor en la cadena alimentaria, cada operador de la misma deberá pagar al operador inmediatamente anterior un precio igual o superior al coste efectivo de producción de tal producto en que efectivamente haya incurrido o asumido dicho operador”. Las cartas y los datos están “echados” ahora sólo falta que administración, industria y distribución muevan ficha.