Los turistas podrán comprar los "Muy Rosario" en puestos turísticos, hoteles y negocios "Mamina", la única oferente de la licitación pública que lanzó el Etur.

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Tiemblan los exquisitos alfajores santafesinos, cordobeses y marplatenses. A fines de este mes Rosario tendrá su propio alfajor de “gama premiun” con doble dosis de chocolate y dulce de leche para que los turistas lleven de regalo tras su visita a la ciudad. Se llaman “Muy Rosario” y se venderán en sus dos variedades, blanco y negro, por 90 pesos, desde los puestos y paseos turísticos, hoteles y negocios de “Alimentos Mamina SRL”, la firma que los fabricará y fue la única que se presentó en la licitación pública que lanzó el Ente Turístico Rosario (Etur).

Del 1º al 7 de mayo se celebra la Semana del Alfajor en el país. El fin de semana, del 23 al 25 de julio pasados, se desarrolló la 7ª Fiesta del Alfajor Costero en formato híbrido: presencial y virtual. Y en Santa Fe hasta antes de la pandemia y por decisión del Concejo de la capital de la provincia en 2014 se venía celebrando en agosto la Fiesta del Alfajor Santafesino. ¿Se vendrá la fiesta del alfajor rosarino?

“Buscamos ser el alfajor referente de la ciudad: cien por ciento rosarino. Tendrá materias primas de primera calidad”, le dijo a La Capital Leandro Suescum, desde la firma que pondrá las manos en la masa de los alfajores.

La empresa familiar de 39 años en la ciudad con su línea de sándwiches es la que elaborará los nuevos alfajores y es la misma empresa que produce desde hace cinco años los “Sin culpa” para todo el país.

“Este alfajor que venimos elaborando está para mí entre los primeros cinco alfajores dela Argentina, buscamos con Muy Rosario lograr un producto del mismo nivel, para que cuando el turista se pregunte qué puedo llevar de Rosario se conteste: alfajores”, remarcó Suescum.

Pero en este caso habrá “pecado”: los “Muy Rosario” tendrán mucho más dulce de leche que en los otros ejemplares, a tono con un símbolo argentino por excelencia y una ciudad enclavada en la cuenca lechera.

El envoltorio de los nuevos alfajores aún se está reajustando pero ya se hizo visible un prototipo donde impera el celeste y blanco con algunos detalles en marrón, color chocolate.

En marzo de este año el ETUR había ampliado su catálogo turístico de tazas, libros, mates, tazas, gorras y remeras con esta noticia gastronómica.

Historia del alfajor

Estudiosos de la historia de la gastronomía aseguran que el alfajor proviene del postre andaluz del mismo nombre, que emigró a América XV. Sin embargo, antes de llegar a la península Ibérica, el alfajor ya se consumía en Arabia, donde se le llamaba al-hasú, que en árabe significaba “el relleno”. Se preparaba principalmente en los conventos, con forma de cuadrados rellenos de dulces de frutas y recubiertos con azúcar.

El vocablo fue mutando hasta convertirse en el alfajor que conocemos y finalmente llegó a estas tierras, donde se combinó la cocina árabe con el chocolate mezoamericano y el dulce de leche argentino.

Hacia 1869 Don Augusto Chammás, un químico francés radicado en la ciudad de Córdoba, inauguró una pequeña industria familiar dedicada a la confección de dulces y confituras. Fue idea de Chammás que las tabletas fueran redondas, y las comercializó exitosamente con el nombre de “alfajor”.

El producto conquistó todo el país, pero fue incorporado al Código Alimentario Argentino recién en 2001, mediante la Resolución Conjunta 196/2001 y 1020/2001. El Código lo define en el artículo 761 bis, señalando que se entiende por alfajor al producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masas horneadas, adheridas entre sí por productos, tales como mermeladas, jaleas, dulces u otras sustancias o mezclas de sustancias alimenticias de uso permitido. Podrán estar revestidos parcial o totalmente por coberturas, o baños de repostería u otras sustancias y contener frutas secas enteras o partidas, coco rallado o adornos cuyos constituyentes se encuentren admitidos en el Código”.

En Argentina hay varios alfajores emblema en sus variedades regionales, industriales y premium. El cordobés, con glaseado sobre las tapas de masa poco húmedas y rellenas con dulce de leche o dulces de frutas (membrillo, manzana, pera).

El alfajor santafesino se hace con capas de hojaldre y lleva una gran cantidad de dulce de leche y está recubierto con un glaseado azucarado por encima.

El marplatense se caracteriza por una masa muy tierna y húmeda, un dulce de leche de calidad y baño de chocolate.

También está el tucumano, termeño, cochero o claritas está realizado con dos galletas crocantes y relleno con miel de caña y merengue.

Los tradicionales de maicena elaborado con fécula de maíz, tapas amarillas que se desgranan y están rellenas con dulce de leche y espolvoreadas con coco rallado.

El alfajor mendocino tradicional tiene masa a base de nuez y relleno con dulce de leche, pero hay otras versiones.

Y el alfajor correntino está hecho a base de mandioca y miel. Tiene rellenos diferentes, basados principalmente en dulces regionales como los de mora, aguaí y guayaba.

Un postre y producto que moviliza a una gran industria de más de 50 variedades y que se ha instalado en países como Estados Unidos donde hasta hace poco era casi inexistente.

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