Luego del ruido generado por la intervención a Vicentín, el presidente Alberto Fernández salió a acallar rumores de posibles nuevas expropiaciones y se refirió puntualmente al caso SanCor, la cooperativa láctea que está en crisis hace años.
“Sancor no está en la mira. Un Estado puede ayudar a una empresa de mil modos. Expropiar es la más absoluta excepcionalidad. No está en la cabeza de ninguno de nosotros andar expropiando empresas”, aseguró.
En ese sentido, señaló que no le da vergüenza decir que es un hombre que “cree en el capitalismo” y que “el Estado no se puede hacer cargo de todas las empresas privadas”.
A su vez, diferenció el caso de otros ejemplos de expropiación “donde el Estado pone un político al frente”. “Quien va a administrar el fondo es una empresa mixta, como lo es YPF”, a la cual dijo que tiene “el rigor de una empresa que cotiza en Nueva York”.
Por otro lado, justificó la decisión en la situación de “quiebra” y “vaciamiento” de la cerealera. “No estamos expropiando una empresa próspera, estamos expropiando una empresa en quiebra. Si estuviera funcionando normalmente, no hubiéramos pensado nada de esto por eso me gusta hablar del rescate de Vicentín”, dijo.
“Hubo un festival de préstamos para la empresa, y lo único que la empresa dejó fue un desbande económico. Para nada tenemos la política de quedarnos con las empresas privadas, esencialmente porque no creo en eso”, agregó.
No obstante, como anticipó LPO, el presidente confirmó que el principal motivo para avanzar en la intervención de Vicentín fue el riesgo del ingreso de un grupo transnacional.
“Nos parecía que era un problema que iba a terminar resolviéndose con una compra a bajo precio de parte de alguna transnacional, algo que no nos gustaba. El Estado debe garantizar la presencia de una empresa de capitales nacionales. Si va a la quiebra seguramente quedaría en manos transnacionales, porque todo lo que la empresa hace es importante estratégicamente”, destacó.