Todo parece indicar que cuando el mundo se libere de la pandemia habrá actividades que ya no serán iguales. Una de ellas es el comercio de alimentos, un sector en el cual algunos de los principales países importadores ya plantean revisiones en las cuestiones vinculadas con la inocuidad.
Con un disfraz que oculta la apariencia de una barrera proteccionista, China ha extremado en los últimos días los controles de todos los productos destinados al consumo humano que llegan a sus puertos. Bajo la condición de alimentos libres de Covid-19, el servicio sanitario está exigiendo esa certificación, en supuesta defensa de la seguridad alimentaria. Lo llamativo es que no hay evidencia científica de que el nuevo coronavirus se pueda transmitir a través de estos productos.
Estas nuevas exigencias por parte del primer importador mundial de alimentos han generado incertidumbre entre sus proveedores, por los alcances de la medida. En un reciente foro virtual realizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica), referentes del comercio de los países de Latinoamérica manifestaron su preocupación por los alcances de las nuevas exigencias chinas.
“Una preocupación que tenemos son los nuevos requisitos para los embarques Covid-free que está aplicando China. Establecer que hay que dar garantías en la cadena de alimentos de la no presencia del virus es un ejercicio excesivo del principio precautorio, que puede generar costos extras tanto en granos como en carnes, producto al cual se le realizan testeos”, alertó Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara). Y calificó las exigencias de inaplicables, de excesivas y de sin confirmación científica.
Si bien al menos por ahora los controles no están explicitados en ninguna norma oficial, son los importadores los encargados de solicitarlos. En el comercio de granos, Argentina, Brasil, Canadá y Estados Unidos pidieron explicaciones formales sobre las exigencias, debido a que consideran que el requisito no tiene justificación sanitaria.
El temor entre los exportadores es que el certificado se vuelva formal en los próximos meses y se extienda a otros países importadores.
Ojos en China