En el marco del Día Mundial de la Leche, que es este sábadod, Carolina Espitia, presidente de Alpina Colombia confía en una reactivación del consumo en los meses que vienen con el fin de que mejore el panorama para la industria. En el primer trimestre del año la compañía redujo sus ventas 7,7 % .

¿Cómo está el consumo de leche en Colombia?

Ha disminuido 9 % en 2022 y 6 % adicional en 2023, según datos de Asoleche. Esta caída ha obedecido, principalmente, a incrementos en costos en los últimos años que a su vez han jalonado la inflación y debilitado el consumo. Si bien los costos han cedido en estos últimos meses, no lo han hecho lo suficiente para cerrar la brecha y reactivar el consumo.

¿Y frente a otros países?

Es bajo. La FAO recomienda 170 litros por persona al año y el promedio en Colombia es 140 litros al año. En otros países de Latinoamérica como Uruguay está en 230 litros / año y Argentina 194 litros / año.

¿Cuáles son los desafíos?

Además de la coyuntura económica, estamos viendo que hay desinformación y mitos alrededor del valor de los lácteos. Eso, sumado a las nuevas tendencias de bebidas vegetales. El reto es seguir trabajando -industria, gremios y gobierno- en educar y difundir que es un producto altamente nutritivo y que, además, jalona el desarrollo del agro. Debemos seguir buscando productividad en la cadena, lo que nos exige transformarnos para ser más competitivos e impactar positivamente el consumo.

¿Cómo promueven el consumo?

Nos interesa mostrar lo que hay detrás de un vaso de leche Alpina y el impacto positivo que genera para muchas comunidades y personas. En el Día Mundial de la Leche, desde Alpina queremos resaltar el valor de la leche a lo largo de toda la cadena como un alimento indispensable en la vida de los colombianos.

¿Cómo analiza la baja demanda de lácteos?

Requiere un análisis desde diferentes perspectivas. Por un lado, los incrementos en costos vienen explicados de tiempos atrás por choques principalmente de oferta (Covid, guerra Rusia – Ucrania, fenómenos climáticos, bloqueos y manifestaciones sociales, derrumbe en vías principales entre otros).

Por el lado de la demanda, se ha visto una disminución en el gasto de los hogares por la inflación generalizada de diversas categorías de consumo, pero también por una confianza del consumidor que ha estado en niveles bajos. Y están nuevos impuestos que generan presiones adicionales.

Aunque más lento de lo esperado, estamos viendo un proceso de ajuste de la economía, con tasas de interés e inflación corrigiendo, lo cual esperamos que se traduzca en mayor confianza y mayor consumo en los próximos meses.

¿Cómo ve la coyuntura a nivel agroindustrial?

La producción de leche está superando la demanda y trabajamos para anticipar y mitigar en lo posible estos desbalances. La planta en Sopó, que permite pulverizar cerca de 100.000 litros de leche diarios, nos habilita el almacenamiento en períodos de abundancia y posibilita suplir las necesidades en tiempos de escasez, pero es una solución en el corto plazo por los límites en la capacidad para pulverizar y almacenar.

Es muy relevante trabajar en la promoción del consumo para reactivar la cadena, así como en la habilitación de mercados internacionales donde seamos competitivos para bajar la dependencia del consumo interno.

¿Cómo estará el año en abastecimiento ahora que viene ‘La Niña’ y que ‘El Niño’ fue menos intenso?

Por ahora no es tan fácil predecir la intensidad ni la duración de estos fenómenos. Sin embargo, intentamos anticipar para tener la capacidad de responderle al consumidor y contrarrestar efectos negativos de producción por factores climáticos. Tendremos que ir evaluando mes a mes e intentar actuar con agilidad, también teniendo presente cómo se va reactivando el consumo en paralelo.

¿Cuál es la estrategia comercial y de precios?

Estamos trabajando desde tres frentes. El primero, es reforzar nuestra marca para que el consumidor siga reconociendo el valor agregado del portafolio. El segundo, es estar presente en donde el consumidor hoy está. Y finalmente, a pesar de la inflación, estamos transformándonos y siendo eficientes para absorber gran parte de los impactos y no trasladarle en precios al consumidor.

¿Cuáles son las metas?

Estamos enfocados en mantener una compañía sólida financieramente y en proteger la estructuralidad del negocio, esperando cerrar el año en línea con el crecimiento del país.

¿Qué lectura le da al clima de los negocios?

Según el Dane, la inversión en el primer trimestre decreció y se situó en -13,4% frente al mismo período del 2023, lo que nos muestra que el clima de inversión en el país enfrenta desafíos importantes. La inversión la mueven los factores macroeconómicos que hablaba anteriormente y la certidumbre y estabilidad de los inversionistas.

El reto está en que en la medida en que vayan mejorando los indicadores se pueda recuperar esa confianza. Desde Alpina, le creemos al país y seguiremos invirtiendo. Este año tenemos inversiones por encima de $ 40.000 millones para la transformación digital, eficiencias en la cadena de suministro, y, por supuesto, en innovaciones y lanzamientos.

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