¿Qué está viendo para el segundo semestre?
Estamos confiados en que la inflación seguirá cediendo, y esa es una buena noticia porque eso impacta no solo el tema de precios, sino también las tasas de interés y el consumo, que a su vez tienen un efecto sobre los resultados de nuestro negocio. En la medida que todo esto pase, pues el consumo debería a crecer, lo que ayudará a estabilizar un poco la economía; sin embargo, existen otras amenazas, como el fenómeno de El Niño y su intensidad este año, por lo que ya nos estamos preparando alrededor de los inventarios correctos para pasar este segundo semestre en caso de que haya un verano mayor o más fuerte.
Pero somos optimistas en que en el segundo semestre veremos una mejoría.
¿Cómo logran sortear el primer semestre?
Seguimos recibiendo los coletazos de la elevada inflación, la cual presiona el tema de los costos, por lo que estamos enfocados en ver cómo, a través de productividad y esfuerzos en nuestros equipos de operaciones, podemos minimizar ese impacto en los precios de los productos terminados y sobre el bolsillo de los consumidores. No hay duda de que esto ha causado una reducción del consumo de leche, que, si bien se ha mejorado, aún es menor que el del 2022.
¿Qué planes vienen con un panorama menos turbio?
Seguimos viendo inversiones, todas de mediano plazo, aunque continúa la presión del alto costo de la financiación sobre esos proyectos porque las tasas de interés sí causan una limitación de esos recursos disponibles, pero nuestros planes hacia adelante siguen siendo los mismos. Somos una compañía enfocada en la innovación, seguimos teniendo planes alrededor de expansión o cambios en los procesos productivos para traer nuevos productos, como la línea de yogures griegos que recién lanzamos.
Estamos buscando nuevos snacks alrededor de los quesos, lo que nos obliga a seguir invirtiendo, como la pulverizadora que se habilitó a comienzos del año en la planta de Sopó, que también nos permite la posibilidad de tener más reservas e inventarios de leche en polvo, que tiene una mayor duración, pero también empezar a meternos en otros productos para comercializar en Colombia y el exterior.
Ahí están incluidas nuevas adquisiciones…
No, las adquisiciones no están presupuestadas porque eso depende mucho más de las oportunidades que se presenten. Nosotros lo que tenemos es un banco de proyectos que miramos, y dependiendo de dónde se presentan, pues tomamos decisiones de cómo utilizamos la capacidad de la compañía para hacer esas adquisiciones.
A finales del 2021 compramos Clover, compañía líder en productos orgánicos en California (Estados Unidos), que este año debería vender unos 300 millones de dólares, que para nosotros, pues es grande. En 2020 compramos Boydorr, empresa colombiana especializada en nutrición. Esta es una compañía en plena expansión, entonces, hay una inversión importante en capital de trabajo para lograr mayores crecimientos.
¿Cómo elevar el consumo de lácteos en el país?
Una parte importante es con menor inflación, pero otra tiene que ver con nuestra capacidad de innovación y oferta de productos que cubra la gama de gustos de todos los consumidores. Por ejemplo, hoy existen personas que demandan productos altos en proteínas porque son deportistas; otras quieren productos deslactosados, por lo que al final esa capacidad de innovar y seguir viendo productos nuevos es lo que permitirá elevar el consumo de productos lácteos, diferentes tipos de leche, de yogures y quesos en diferentes presentaciones. Por eso es tan importante acercarnos cada vez más a los consumidores, para recibir esa retroalimentación de sus gustos, necesidades nutricionales y nuevos hábitos alimentarios.
La Fundación Alpina cumplió 15 años, ¿cuál es el balance de su labor social?
Estos primeros 15 años nos han servido para probar varios modelos de apoyo social en diferentes poblaciones, especialmente uno con el cual hemos obtenido resultados concretos que nos permiten movernos más a un tema de expansión donde creo que podremos tener un mayor impacto, con el apoyo de otras fundaciones y entidades.
Comenzamos muy enfocados en el Cauca, La Guajira y en algunas otras zonas, pero hoy en día ya estamos en más departamentos y creo que ese impacto también lo podemos seguir teniendo hacia adelante, generando buenas prácticas que sirvan de base para desarrollar más conocimiento en el tiempo.
Este país tiene una necesidad enorme, por ejemplo, en todo el tema agropecuario, y ahí veo que podemos entrar con más apoyo en distintas regiones con esas necesidades. Alpina empezó hace mucho tiempo apoyando a los ganaderos, tuvo que desarrollar la capacidad para contar con un mejor ganado y de ahí mejorar la calidad de la leche para sus productos. Nos tocó ir a diferentes partes del país, a zonas como Guachucal (Nariño), regiones muy difíciles, donde aprendimos que era muy difícil hacer esa labor uno a uno, por lo que nos tocó desarrollar todo un tema de comunidades y asociatividad para reducir los costos de producción para los campesinos.
Fue algo muy complejo, pero aprendimos que enseñándoles a trabajar en comunidad pudieron mejorar no solo el tema de la leche, sino todo lo que estaba alrededor de eso.
Y fueron haciendo crecer este proyecto…
Sí, en algún momento lo que dijimos es: ‘Bueno, si podemos hacer esto acá, ¿por qué no, independiente de quién les compre, desarrollamos y acompañamos esas capacidades de actividad?’. Y es lo que hemos venido trabajando, por eso hoy estamos metidos en temas como huevos o miel.