Consuelo González Pastrana, secretaria del Consejo Directivo Nacional de la Federación Mexicana de Lechería, refirió que la producción de leche depende también de factores ambientales, debido a que “si hay sequías como este año, el volumen anual disminuye, y seguramente ocurrirá”.
Buena producción
Destacó que, en general, hay muy buena producción de leche, “es muy fuerte en la industria y afortunadamente tenemos los dos eslabones: el del productor y el de la industria, que se quedan en el estado y es altamente aprovechado”.
La leche no la compran empresas mexicanas o trasnacionales, hoy día compra muy poco Nestlé, por ejemplo, y el resto se queda y es aprovechada en las cuencas lecheras, por las queserías y productores, lo cual hace que cada semana se mueva un importante recurso en cada municipio.
Esta economía circular permite a los productores solventar sus gastos para poder seguir trabajando. “Realmente, la leche se ha convertido en un instrumento de paz social en las tres cuencas lecheras del estado, porque hay trabajo y economía fluyendo”.
Las queserías son reguladas por la Secretaría de Salud y otros organismos, son generadoras de trabajo y economía, porque generan alimentos para el estado e interior del país; de esa forma, casi el 70 % del queso que se produce se vende a otras entidades federativas.
Aprovechó para mencionar que el campo enfrenta un problema de edad, en el sentido de que la edad promedio de los productores es de 67 años, lo que dificultará a futuro poder seguir produciendo alimentos. “Es importante atender esta situación con nuevas estrategias”, afirmó.
Si bien ganaderos lecheros no han tenido las mejores condiciones de desarrollo, en términos de volúmenes de producción y de consumo esta rama productiva es la segunda en el sector ganadero, después de la carne de bovino y de pollo.