Con más de una semana de bloqueo y hechos violentos que están lejos de la legalidad, incluyendo el impedimento a trabajar en toda la empresa, la restricción en el procesamiento de materia prima, e incluso daños en diferentes propiedades privadas por parte de representantes de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA), la situación atravesada por este socio de nuestra entidad preocupa por los métodos empleados en supuesta representación de los trabajadores, que vienen desarrollando sus tareas bajo un encuadramiento sindical.
Desde el jueves rige una conciliación obligatoria, durante 15 días hábiles, en los que las partes deberán llegar a un acuerdo sobre las diferencias vigentes, apostando al diálogo.
Está en la voluntad de todas las pymes lácteas del país continuar mejorando las condiciones laborales de sus empleados.
Queda expuesto en esta situación que necesitan las pequeñas y medianas empresas una legislación particular, adecuada a sus posibilidades y no a las de las grandes industrias, para que los convenios sean cumplibles y respondan a las demandas de los trabajadores, sin avasallar las condiciones y posibilidades de las empresas de menor porte.