El objetivo es generar un intercambio regional sobre el sector, fortalecer las políticas públicas destinadas a combatir el hambre, la desnutrición y la mal nutrición y lograr la mejora de la calidad nutricional para la ciudadanía.

Los ministros de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, inauguraron hoy el seminario internacional sobre “Sistemas agroalimentarios sostenibles”, cuyo objetivo es generar un intercambio regional sobre el sector, fortalecer las políticas públicas destinadas a combatir el hambre, la desnutrición y la mal nutrición y lograr la mejora de la calidad nutricional para la ciudadanía.
Durante el encuentro –que se desarrolló en forma virtual y se extenderá hasta este jueves— participaron también el director de la Secretaría del MERCOSUR, Luiz Gonzaga; y el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, Manuel Otero, además de funcionarios, representantes y especialistas de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay, México y Perú.
En ese marco, el ministro Arroyo destacó la importancia del sector agroalimentario y enumeró cinco ejes de trabajo que se llevan a cabo desde Desarrollo Social: la Tarjeta Alimentar, los créditos no bancarios, las redes de comercialización, la generación de empleo y el fomento de esquemas de marca colectiva.
“La tarjeta Alimentar –explicó— llega a un millón y medio de familias para que puedan comprar alimentos e implica una inversión de 10 mil millones de pesos mensuales. Es un instrumento destinado a extender el consumo y mejorar la nutrición que, además, mueve las redes de comercialización locales”.
Con respecto a los créditos no bancarios a tasa del 3 % anual, Arroyo resumió que “están destinados a los emprendedores de la economía familiar, popular y regional, para que puedan comprar máquinas, herramientas e insumos”.
El tercer eje está vinculado con la extensión de las redes de comercialización con la meta de consolidar 400 mercados centrales en todo el país. “Sin intermediarios, del productor al consumidor”, indicó el Ministro a la vez que detalló que “tenemos en marcha un trabajo con el INTA y financiamos una máquina que le permite a pequeños tambero ensachetar y pasteurizar la leche y lograr que llegue al mercado a un precio 40 % menor “.
La creación del registro de trabajadores de la economía social, que implica la formalización del empleo, fue otro de los puntos. “Tienen factura, están bancarizados y no tributan por dos años”, indicó, a la vez que precisó que el quinto eje tiene que ver con una marca colectiva. “Estamos extendiendo mucho los esquemas de certificación de calidad, especialmente en la agricultura familiar y generamos un esquema de marca colectiva de modo tal que pequeños productores puedan trabajar bajo una misma marca y tener más escala para colocar su producción”.
“Tenemos tres objetivos centrales: mejorar la calidad nutricional de las familias; reducir la pobreza, que es generación de empleo y oportunidades con capitalización, con máquinas y herramientas y un base de salario; y fomentar la descentralización, que se traduce en fortalecer las economías regionales, el desarrollo local y el apoyo a pequeños productores”, concluyó Arroyo.
Basterra, por su parte, consideró que “los Estados y las sociedades del siglo XXI tenemos la obligación de acabar con el hambre en el planeta, de generar un modelo de desarrollo cada vez más sustentable e inclusivo, con arraigo y poniendo en valor nuestros recursos. En nuestras naciones tenemos la capacidad para poder seguir avanzando en la dirección planteada. También están las herramientas que nos brinda la innovación, que debemos aprovecharlas y ponerlas al servicio de la mejora de la calidad de nuestras producciones con equidad territorial y social”
“Es tarea de los gobiernos alcanzar consenso para cumplir con ese objetivo, además de brindar un marco propicio para reducir las brechas que alejan a los seres humanos, pero necesitamos continuar trabajando juntos, sumando esfuerzos, como lo hicimos en el contexto de pandemia, generando redes para la producción local de alimentos y el desarrollo de la agricultura familiar”, aseguró.
En tanto, Otero hizo hincapié en la importancia de la región desde el punto de vista de la seguridad alimentaria global: “Cuando hablamos de América Latina y el Caribe estamos refiriéndonos a la región exportadora neta de alimentos más importante del mundo, con una participación en el comercio internacional del 13,8%. Esta es una tendencia que seguramente se consolidará en el futuro, razón por la cual somos garantes de la seguridad alimentaria y nutricional del mundo y de su sostenibilidad ambiental”. Luego se refirió particularmente al aporte de los países del Mercosur ampliado, que totalizan 164 mil millones de dólares de exportaciones anuales de productos agroalimentarios, lo que equivale al 64,1% de las ventas de América Latina y el Caribe y al 9,2% de las mundiales.
Sistemas agroalimentarios y Desarrollo Social
Tras la apertura del Seminario, el primer panel estuvo a cargo de la directora general de Información Social Estratégica, Marcela Rebón; la directora nacional de Seguridad Alimentaria, Karina Yarochevski; el titular de la Comisión Nacional de Microcrédito, Alberto Gandulfo; la directora nacional de Extensión y Transferencia del INTA, María Rosa Scala; la directora de Proyectos Especiales, Virginia Zalazar, y la coordinadora de Asesoramiento en Gestión a Unidades Productivas, Eva Verde.
Las y los especialistas hablaron sobre el Plan Nacional Argentina Contra el Hambre; sistemas de producción y comercialización; los programas Pro Huerta y Sembrar Soberanía Alimentaria; mercados de cercanía, alimentación soberana e información social estratégica y evaluación de políticas alimentarias.

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