Promover productos locales y fomentar el emprendimiento son dos de los objetivos de El Quall, el único obrador comunitario especializado en productos lácteos de toda Catalunya. Se trata de un espacio localizado en el Lluçanès (Barcelona) que funciona como una quesería colectiva en la que por un lado se imparten cursos formativos para adentrar en el sector lácteo a los interesados y, por otro lado, para brindar a aquellos que quieran emprender en la industria de lácteos la oportunidad de testear sus productos antes de invertir en un negocio. En resumen, un centro de formación que actúa también como incubadora de empresas.
El Quall empezará en breve la octava edición de sus cursos, con la intención de ser un centro formativo “de primer orden”. “Ahora hemos hecho un curso de elaboración de quesos azules, el 6 de febrero empezamos una formación sobre embalsamiento de productos y en marzo empieza la formación larga, de 300 horas y con prácticas incluidas”, explica Xevi Barniol, el técnico del Consorci del Lluçanès que hace posible el proyecto.
Para algunos de los alumnos, El Quall es mucho más que un centro de formación. Es el caso de Anna Puig, que ha convertido la quesería en su lugar de trabajo. “Gracias a este espacio me he podido hacer autónoma”, apunta. Puig lleva años metida en el sector de los lácteos pero hasta diciembre de 2022, no había podido dar el paso. Ahora, tiene muchos planes. “Me gustaría empezar haciendo venta directa. Ya tengo dos productos preparados para lanzar al mercado y estoy esperando los permisos”, cuenta.
Un espacio único
En Catalunya solo hay 20 obradores compartidos. Son pocos pero han ido aumentando estos últimos años. “La tendencia de obradores compartidos va en aumento y este del Lluçanès forma parte de una línea estratégica catalana para fortalecer el sector lácteo y para que las personas se beneficien de una artesanía comunitaria” insiste Barniol.
Los obradores compartidos tienen un gran potencial, ya que promueven el desarrollo local, la agricultura, la soberanía alimentaria y la ecología. Con ello, promueven la biodiversidad y ayudan a combatir el despoblamiento rural.
El espacio -que tiene unos 150m2- está acondicionado dentro de una nave de la antigua SATI en el municipio de Alpens, y cuenta con unas instalaciones capaces de hacer cualquier elaboración con lácteos excepto helados y mantequillas.
Para poder alquilar este espacio, los usuarios deben cumplir con unos requisitos como tener seguro de responsabilidad civil, experiencia en el sector o el carnet de manipulador de alimentos.