CIUDAD DE MÉXICO.- La cuarentena llevó a un comportamiento atípico a los mexicanos, ya que las compras de pánico por el Covid-19 llevaron a un incremento en la venta de postres lácteos, quesos y leche ultrapasteurizada, dijo el tesorero de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas, Salvador Álvarez Morán.
Especialmente la gente buscó en anaqueles de las tiendas de autoservicio postres lácteos como helado, yogurt, así como leche en polvo, mantequilla y queso, lo que provocó un aumento de aproximadamente 10% de las ventas que regularmente se hacen en la Semana Santa, fecha que típicamente baja el consumo.
Sin embargo, esas compras se concentraron en tiendas de autoservicio y dejaron fuera a las tiendas y cremerías, así como a los pequeños productores de quesos, quienes no colocan sus productos en supermercados.
Álvarez Morán explicó que de acuerdo a un análisis después de incremento de compras por el aprovisionamiento, lo que sigue es una baja en las compras como consecuencia de la crisis económica.
Especialmente la gente buscó en anaqueles de las tiendas de autoservicio postres lácteos como helado, yogurt, así como leche en polvo, mantequilla y queso, lo que provocó un aumento de aproximadamente 10% de las ventas que regularmente se hacen en la Semana Santa, fecha que típicamente baja el consumo.
Sin embargo, esas compras se concentraron en tiendas de autoservicio y dejaron fuera a las tiendas y cremerías, así como a los pequeños productores de quesos, quienes no colocan sus productos en supermercados.
Álvarez Morán explicó que de acuerdo a un análisis después de incremento de compras por el aprovisionamiento, lo que sigue es una baja en las compras como consecuencia de la crisis económica.
“Todavía estamos en una etapa normal, aunque disminuyendo poco a poco ese consumo que se hizo de más en semanas anteriores”, dijo a EL UNIVERSAL.
Lo que ya se empieza a observar es una caída en las ventas de yogurt, mientras sigue la venta de leche ultra pasteurizada, quesos y mantequilla, que son los que más han tenido aumento en el consumo.
Explicó que a los productores les afecta la paridad peso-dólar pues el maíz molido que dan al ganado es importado y ya les subieron los precios en más de 20%; además de que se compran especialmente de Estados Unidos medicinas para el ganado, refacciones para el equipo de ordeña y fertilizantes, entre otras cosas.
Lo que ya se empieza a observar es una caída en las ventas de yogurt, mientras sigue la venta de leche ultra pasteurizada, quesos y mantequilla, que son los que más han tenido aumento en el consumo.
Explicó que a los productores les afecta la paridad peso-dólar pues el maíz molido que dan al ganado es importado y ya les subieron los precios en más de 20%; además de que se compran especialmente de Estados Unidos medicinas para el ganado, refacciones para el equipo de ordeña y fertilizantes, entre otras cosas.
Por ejemplo hace unas semanas el kilo de maíz molido lo vendían a 4.80 pesos y esta última semana se comercializó en 6.05 pesos el kilo.
Recordó que México en el 2019 importó 2 mil 418 millones de dólares de lácteos, del total de importaciones el 34% fue leche descremada en polvo, 10% de grasa butírica, 8% de queso rallado, 7% de quesos semi maduros,7% de otros quesos, 5% de caseína y 29% de lo demás.
Otro de los problemas que enfrentan los productores de leche es la inseguridad que sigue en aumento y el que Liconsa no reconoce que hay pequeños productores que se unieron para comprar maquinaria y equipo, para así mejorar sus procesos de producción y que al momento de vender la leche se los paga como si fueran un productor grande, es decir les paga un peso menos por cada litro, lo que afecta.
Recordó que México en el 2019 importó 2 mil 418 millones de dólares de lácteos, del total de importaciones el 34% fue leche descremada en polvo, 10% de grasa butírica, 8% de queso rallado, 7% de quesos semi maduros,7% de otros quesos, 5% de caseína y 29% de lo demás.
Otro de los problemas que enfrentan los productores de leche es la inseguridad que sigue en aumento y el que Liconsa no reconoce que hay pequeños productores que se unieron para comprar maquinaria y equipo, para así mejorar sus procesos de producción y que al momento de vender la leche se los paga como si fueran un productor grande, es decir les paga un peso menos por cada litro, lo que afecta.