Además de reducir la huella ambiental y mejorar la eficiencia alimenticia de las vacas lecheras, aumentará los ingresos sobre el costo del alimento, volviéndola más rentable.
Con frecuencia los productores de leche usan la producción láctea o cantidad de sólidos lácteos producidos para medir el desempeño de sus hatos. Como resultado, pasan desapercibidas las posibles ganancias en eficiencia, según Rubén Gregoret Nutricionista para Sur y Centroamérica en Trouw Nutrition, en un artículo de infortambo.cl
Recordó que la eficiencia alimenticia de las vacas lecheras se define como la cantidad de leche por unidad de materia seca consumida y puede calcularse de diferentes maneras.
Los ingresos sobre el costo del alimento y la huella ambiental varían entre fincas lecheras. Hay diversos factores que impactan en la eficiencia alimenticia de vacas lecheras tales como digestibilidad del alimento, producción de leche, consumo de alimento, días en lactancia, calidad del forraje y cantidad, edad de las vacas, nivel de proteína del alimento, conteo de células somáticas, cambio en el peso corporal, porcentaje de grasa láctea, acidosis ruminal, estrés ambiental, actividad (confinamiento / pastoreo), preñez, utilización de ciertos aditivos de alimentos, entre otros.
De estos factores, la digestibilidad del alimento es uno de los más importantes. En los rumiantes, la clave es un rumen que funcione correctamente para garantizar la máxima digestibilidad del alimento. El manejo de los minerales traza tiene un fuerte impacto sobre la función ruminal y por ende en la digestibilidad de la dieta de vacas lecheras.
Los minerales trazas de sulfatos (sulfato de cobre) se usan comúnmente en los pediluvios, porque liberan rápidamente los iones de minerales traza, que son conocidos por ser antimicrobianos. Esto es altamente deseable cuando se usan para lidiar con infecciones relacionadas con la pezuña.
Este efecto antimicrobiano de los sulfatos es altamente indeseable dentro del rumen. Por desgracia, las sales de sulfato que normalmente se usan en el alimento de vacas lecheras son muy solubles, lo cual resulta en altos picos de concentraciones de iones de metal libres.
En contraste, los hidroxicloruros de los minerales traza en IntelliBond (tecnología avanzada de hdroximinerales traza diseñada para uso en alimentos balanceados) son en buena parte insolubles a un pH de 4 o mayor. Por lo general el pH del rumen de las vacas lecheras está entre 6 y 6.5, por lo que los cristales de hidroximinerales traza son prácticamente insolubles dentro del rumen.
En el abomaso, donde generalmente el pH es menor a 3, los cristales se disocian capa a capa, lo cual resulta en la liberación gradual y sostenida de iones de minerales traza en el duodeno. Como resultado, la biodisponibilidad de hidroximinerales traza en IntelliBond es alta, pero los picos en las concentraciones en el rumen y en otras partes del tracto gastrointestinal siempre se quedan bajas.
El impacto negativo de las sales de sulfato en la microflora ruminal reduce su capacidad de digerir la fibra. Múltiples estudios publicados en revistas científicas demuestran que sustituir por completo los minerales traza de sulfatos con IntelliBond resultará en un mejoramiento significativo de la digestibilidad de la fibra.
Un metanálisis de todos los estudios realizados con IntelliBond mostró un mejoramiento promedio del 1.7 % en digestibilidad de la FDN. Hay referencias bibliográficas sobre dietas para vacas lecheras que han demostrado que cada punto de diferencia en digestibilidad de la FDN representa de 0.25 a 0.3 kg extra de producción de leche corregida por energía, señala el autor.