San Luis no es conocida por sus quesos artesanales, pero eso puede empezar a cambiar desde que el Ministerio de Producción ideó y coordinó hace unos meses un plan de acción para brindarles nuevas herramientas, que incluyen capacitaciones y apoyo específico a productores que se dedican de manera casera a fabricar quesos, con el fin de que puedan incorporar mayor calidad y potenciar esa industria en el territorio provincial a partir de varios establecimientos de bajo volumen.
Para llevar a cabo este trabajo conjunto, convocó a instituciones como la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), la Universidad Católica de Cuyo (UCCuyo), la Universidad Nacional de Villa Mercedes (UNViMe) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Estos organismos aportan el conocimiento y la experiencia de sus profesionales, mientras que la cartera que conduce Juan Lavandeira se encarga de las tareas más relacionadas con el campo.
El jefe del Subprograma Desarrollo Productivo Comercial, Mauricio Pipitone, estuvo la semana pasada en dos establecimientos que aprovechan la leche que extraen de sus vacas para darle valor agregado con los quesos.
Uno de ellos es El Tambito de Renca, donde Pipitone y su equipo hizo una evaluación de los avances que lograron luego de una primera visita hace dos meses. “Estamos muy conformes porque han logrado el 80% de los ítems que les marcamos en esa oportunidad”, aseguró el funcionario.
Mariela Sotgiu es dueña junto con su padre Antonio y su hermana Ileana del tambo ubicado en Renca. Ya tiene experiencia en trabajar con el gobierno provincial: “Todo esto nos ayuda a subirle la calidad al queso porque nos aporta conocimientos. Durante este proceso han venido a capacitarnos sobre diferentes temas y aplicamos eso en la práctica. Nosotros contamos con un tambo y por eso queríamos agregar quesos. Hacemos una variedad de sardo, muzzarella y quesitos criollos.
Agradecemos al Ministerio de Producción, a las universidades y al INTI, que nos ayudan a mejorar cada día”, dijo la productora.
El establecimiento “La Alegría”, en la zona rural de Concarán, está en la etapa inicial del proceso de optimizar la producción. Pipitone conoció a su dueño, Rodolfo Kelisek, quien llegó desde Buenos Aires con muchas ganas, y afirmó: “Estamos muy contentos porque el Ministerio de Producción y los diferentes organismos muestran su preocupación. Nos sentimos muy apoyados. Es un hermoso proyecto el que tienen con respecto al desarrollo de los tambos y a la producción en la provincia. Estamos más que agradecidos por el acompañamiento”.