El consumo de lácteos en Ecuador registra un freno significativo. En 2024, el promedio por habitante fue de 108,7 litros, lo que representa una caída del 3,6 % respecto a 2023.
De ese consumo total, el 54 % correspondió a leche líquida, mientras que el resto se dividió en queso (14,2 %), leche en polvo (11,3 %), yogures (9,3 %) y otros productos (10 %).
Caída de producción y ventas
La producción diaria estimada de leche en 2024 fue de 5,3 millones de litros, lo que implica una reducción cercana al 20 % frente a 2019.
En venta diaria de leche líquida también se observó una baja: 4,07 millones de litros/día, una caída de 18,2% respecto a 2019.
Por otro lado, las ventas a agosto de 2025 del sector lácteo alcanzaron USD 13,97 millones, un alza del 15% frente al mismo período de 2024.
Factores detrás del descenso
El director del Observatorio Lácteo del Ecuador, Paúl Vera, explica que entre las causas está el cambio de percepción sobre los beneficios de los lácteos —especialmente entre las nuevas generaciones— y la competencia de bebidas vegetales.
También inciden factores de producción: costos logísticos en aumento, cortes de energía en algunas regiones y condiciones climáticas adversas han afectado la oferta.
Implicancias para el sector
La contracción del consumo impacta tanto en la industria como en los productores primarios. Una menor demanda interna junto con caída de producción diaria elevan la presión sobre las empresas lácteas formales y la informalidad gana terreno. Informalmente, cerca del 49% de la producción diaria fue procesada por productores no regulados.
Las exportaciones muestran crecimiento: entre enero y agosto de 2025 se exportaron 1.448,5 toneladas, casi triplicando lo del mismo período en 2024, aunque representan apenas el 0,26 % de la producción total.
Las importaciones también aumentaron en volumen (+27%), pero aún representan solo el 0,55 % de la producción total nacional.
¿Qué se viene ahora?
Para revertir la tendencia, el sector apunta a reforzar campañas de consumo, adaptarse a las nuevas preferencias (productos deslactosados, ricos en proteína) y acelerar la apertura de nuevos mercados —por ejemplo, se espera que en 2026 se concreten exportaciones de derivados lácteos ecuatorianos hacia China.
La asignatura pendiente es consolidar la producción formal, mejorar la competitividad y frenar la caída del consumo interno antes de que la contracción se extienda.
Fuente: Primicias






