La producción nacional bajó un 18%. Los tamberos recibieron mejoras del “valor en tranquera”. Pero las señales de mercado auguran un escenario recesivo.
PRECIO
"La leche de vaca tiene un proceso de elaboración complejo, y a los distintos eslabones de la cadena productiva los afecta el menor ritmo de la demanda." Foto Shutterstock

La producción de leche en la Argentina presenta un escenario de laberinto: casi todos los actores confían que hay una salida, pero no la encuentran a simple vista, porque hay factores globales que se entrecruzan con la situación nacional, marcada por un estancamiento recesivo.

En los últimos meses, los productores sufrieron fuertes cimbronazos tanto en su productividad como en la rentabilidad. Las consecuencias de una prolongada sequía, a la par de un aumento desmedido en los costos de alimentación de sus rodeos, en combo con las devaluaciones selectivas del anterior gobierno (dólar soja 1y 2) y precios rezagados por los controles de precios impuestos desde el Estado- resultaron en una caída inédita de la producción de la temporada verano – otoño 2023/24 de un 18% a nivel nacional.

Aunque ese escenario está comenzando a revertirse, con la eliminación de controles de precios, la devaluación del peso y un clima más benigno para la lechería, hay otros nubarrones en el horizonte.

En los últimos meses, los productores de leche han recibido aumentos en el precio de la leche cruda del 94,4%, acumulado entre los meses de diciembre a febrero, de acuerdo al Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (SIGLEA). Ese dato expuesto por dicho organismo oficial, dependiente del Ministerio de Economía, da cuenta de la reparación del daño económico sufrido meses atrás. A su vez, los costos de producción se han estabilizado, y los stocks forrajeros están en vías de recomposición, augurando una buena campaña invierno-primavera, que ya muestra perspectivas positivas.

Específicamente, tomando el precio de referencia del valor de la leche cruda del SIGLEA y el valor del maíz que arroja la Bolsa de Comercio de Rosario para el mes de febrero, la relación leche/maíz de febrero se ubicó en 2 con nuevos aumentos llegaría a niveles superiores a los máximos históricos. En ese sentido, el viento de cola experimentado por el precio de la leche cruda en los últimos meses pierde fuerza.

La producción argentina de leche enfrenta el desafío de una caída de la demanda. A nivel internacional se refleja en precios, y el consumo interno cae por la recesión en la Argentina.La producción argentina de leche enfrenta el desafío de una caída de la demanda. A nivel internacional se refleja en precios, y el consumo interno cae por la recesión en la Argentina.

Tras la caída acumulada del 5% del precio internacional de la leche en polvo en los últimos dos meses, de acuerdo con el Global Dairy Trade (GDT para sus siglas en inglés), junto con un tipo de cambio cada vez menos competitivo para las exportaciones, presagian en el sector lácteo un freno a los aumentos de precios que vienen recibiendo los productores lecheros.

Cabe aclarar, que las exportaciones se liquidan con un esquema de 80-20, con la mayor parte a valor del dólar oficial y el 20% restante al contado con liquidación, que se ha mantenido e incluso bajado de valor en las últimas semanas.

Mercado interno en baja

Tanto el mercado externo como el consumo local han dejado de traccionar, e insinúan cierta cautela en la demanda para el resto del año.

El mercado interno atraviesa una pronunciada baja, por lo que no se esperan nuevos aumentos de precios. La caída en el poder adquisitivo de los consumidores es notable en todas las mediciones de consumo.

La caída acumulada del consumo de lácteos fue de 16,5%, de diciembre de 2023 a enero de 2024, en comparación con el mismo período del año anterior, según indicó la Dirección Nacional de Lechería.

En febrero, comparado con el mismo mes de 2023, el descenso fue del 9,6%, según datos de la consultora Scentia que mide el canal supermercados y autoservicios tomando las categorías de desayuno y merienda.

Es importante destacar que esta tendencia de caída se viene profundizando mes a mes y se pronostica que los registros de marzo serían peores. Un dato no menor es que entre el 75% y 80% de la producción lechera del país se destina al consumo interno.

Con todo, se multiplican los problemas puntuales que empañan aún más el escenario general.

Uno de los casos más graves es el de la empresa “La Lácteo”, ubicada en la provincia de Córdoba. Con más de “dos meses de sueldos impagos y deudas que asfixian sus operaciones”, según señalaron los trabajadores, la compañía lucha por mantenerse a flote mientras el conflicto laboral se agudiza día a día.

Todo comenzó a principios de enero, cuando la promesa incumplida de abonar los sueldos de diciembre a 129 empleados desencadenó una serie de problemas que llevaron al borde del colapso. Los inconvenientes con los pagos a proveedores impactaron directamente en la provisión de materia prima. Disminuyó drásticamente la producción y se complicó la comercialización de sus productos.

Más conocida es la crisis que atraviesa la cooperativa SanCor. El último incidente de una serie de marchas y contramarchas, con la producción de leche afectada por el conflicto sindical, es el pedido de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) para que se investiguen exportaciones de leche en polvo a Cuba de la cooperativa láctea Sancor, a la que acusó de desviar fondos para no pagar a los empleados y acreedores. En tanto, desde la firma láctea respondieron que todas sus operaciones están debidamente registradas y no recibieron denuncia alguna.

La empresa ha sufrido varias medidas de fuerza impulsadas por el sindicato, en un contexto de merma productiva y crisis administrativa grave.

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