A comienzo de esta semana nos enterábamos por los portales de noticias que Atilra llamaba a un paro sin concurrencia a los lugares de trabajo. En ninguna planta se realizaron asambleas informando los motivos, ni se pidió al personal opinión alguna sobre que alcance debía tener la medida de fuerza.
De igual manera, tan solo unas horas después y nuevamente de forma inconsulta, se decidió levantar el cese de actividades y los cortes que se realizaban en los portones de algunas dependencias. En esta oportunidad, se hizo circular un escueto comunicado, que no brinda ninguna explicación y a través del cual se afirma que “en esta etapa” (no se sabe de qué) se incluyen retención de tareas de manera “parcial, sistemática y sorpresiva”.
Descaradamente quieren hacerle creer a cualquier observador desprevenido, que desde la entidad sindical se viene llevando adelante un plan de lucha o algo similar, en defensa del personal de SanCor. Nada de eso, los trabajadores fuimos abandonados a merced de lo que la empresa quiso hacer, violando todos y cada uno de nuestros derechos laborales.
La prueba más clara de ello es que, desde hace dos años, haya compañeros que no perciben ni siquiera un salario mínimo, pero siguen figurando en relación de dependencia con la firma o que se acepte desde el gremio que SanCor no pague aumentos, aguinaldos ni realice los aportes correspondientes, manteniendo a miles de trabajadores de jornada libre.
Las amenazas y los paros de Atilra, son simplemente acciones oportunistas llevadas a cabo en épocas de elecciones o cuando los empresarios rechazan los montos solicitados en concepto de los aportes por cada obrero. Ya es costumbre en los últimos años, que en estas circunstancias el sindicato “desempolve” la crisis de SanCor y proponga alguna medida en su nombre. No nos olvidemos que con esta excusa en 2018, impusieron la reforma del CCT que requerían las empresas, argumentando que de esta manera se beneficiaría el personal de la cooperativa, al recibir esta un crédito del gobierno de ese entonces. Resultado: las patronales flexibilizaron las condiciones de los trabajadores de toda la rama, el gobierno se anotó un poroto con el empresariado y la plata como siempre terminó en los bolsillos de los dueños de SanCor. Los trabajadores, bien gracias.
Tanto nosotros como los compañeros de las demás firmas lácteas, somos usados para beneficiar a una burocracia que acuerda con el mejor postor, en beneficio propio. Sostuvo a los explotadores dueños de SanCor, durante años, haciendo la vista gorda y persiguiendo a quienes nos levantamos contra esta situación y hoy, asociado con el gobierno y sus grupos económicos amigos, intenta torcerle la mano al Consejo Directivo y los asociados para que permita la conformación del fideicomiso.
Una vez más, intentan decidir por nosotros y no debemos permitirlo, porque son responsables de la situación que hoy vivimos. Tenemos que organizarnos en cada planta y cada lugar de trabajo para impedir que se nos siga utilizando y arrancar un plan de lucha genuino, pensado por nosotros y para nosotros.
¡Basta de usar a los laburantes! Hay que desenmascarar a los que nos empujaron hasta el precipicio de la miseria, el hambre y el desempleo y todavía pretenden seguir beneficiándose en nuestro nombre.
Trabajadores de SanCor