Multinacionales lácteas como la francesa Danone han comenzado a reconvertir en Francia plantas dedicadas a la fabricación de yogures para envasar productos con base de avena. Y la suiza Nestlé fabrica en Sebares, en Asturias, su alternativa a la leche basada en guisantes amarillos.

El año pasado cada español consumió una media de 73,99 litros de leche líquida, 4,72 litros más que en el ejercicio anterior, según los datos del Ministerio de Agricultura. Aunque el dato muestra una recuperación en el consumo de productos lácteos _en el caso del yogur también se registró un aumento_ empujada quizá por los meses de confinamiento, las tendencias generalizadas de consumo a nivel mundial auguran una nueva amenaza para los productores lácteos que no estén preparados para adaptarse a las demandas del mercado o para tomar la delantera en el mercado lácteo con productos de calidad y sostenibles: es el aumento en el consumo de bebidas de base vegetal, conocidas también como based-plant.

Los datos recogidos en un informe elaborado por el Clúster Agroalimentario de Galicia (Clusaga) sobre las tendencias globales del sector lácteo 2020 advierten de que, aunque la leche de vaca representa todavía a nivel global el 85 % de las leches o bebidas vegetales consumidas, hay algunos productos como la bebida de avena que, aunque no son de las de mayor tirón, han incrementado su consumo en un 40 % en los últimos cinco años. Las bebidas de soja, por su parte, representan el 21 % del consumo; las de almendra, un 17 %, y las de coco, un 15 %.

El crecimiento del consumo de las bebidas con base de avena _la soja empieza a ganar mala fama en algunos países donde ya han comenzado a lanzarse productos que dicen no tenerla entre su listado de ingredientes_ es la advertencia de que aunque la ola sobre la que cabalgan las bebidas vegetales no es muy alta y todavía está lejos, no hay que bajar la guardia. Basta mirar lo que está ocurriendo en Francia para comprobarlo.

A mediados del mes pasado la edición digital del diario frances La Dépêche contaba como Arnaud Capdeville, un ganadero francés de 33 años con una explotación de unas 70 vacas, se había quedado en shock después de que el grupo Danone anunciara en un comunicado emitido el 15 de noviembre la reconversión de su planta de Villecomtal-sur-Arros para la producción de bebidas vegetales, basadas fundamentalmente en avena. No era de extrañar que el joven ganadero no diera crédito al anuncio porque, al igual que otros 186 productores de la región, enviaba toda su producción láctea a la factoría hasta ahora dedicada a la fabricación de yogures. Aunque la multinacional francesa anunció que apoyaría a los ganaderos en este cambio, los productores no tardaron en salir a la calle para pedir alternativas ante el cambio de producción de la fábrica. La maniobra de Danone no hace más que responder a un cambio de tendencia en el mercado francés, un giro que empieza a ser común en otros estados europeos, también en España. Los ganaderos han de estar preparados. En Galicia, por ejemplo, la cooperativa CLUN distribuye en España los productos de Almond Breeze, otra cooperativa californiana que produce almendras con las que también fabrica bebida. Y Capsa lleva años distribuyendo los productos vegetales de Alpro, marca de origen belga adquirida hace unos años por Danone a la empresa norteamericana White Wave.

En el comunicado remitido el día 15 de noviembre, Danone avanzaba que para «consolidar su posición de liderazgo en ultra-frescos, aprovechar las oportunidades de crecimiento en productos vegetales y satisfacer las nuevas expectativas de los consumidores», va a iniciar el año que viene un nuevo plan de inversiones para cuatro de sus plantas de producción en Francia. Entre ellas, la de Villecomtal-sur- Arros, donde va a invertir 43 millones de euros para la instalación de líneas de última generación para producir bebidas de base vegetal UHT, sobre todo de avena de la marca Alpro. Este año han invertido también 16,5 millones de euros en el histórico emplazamiento de Alpro con sede en Issenheim. Pero no descuida tampoco las plantas dedicadas al yogur: Tiene previsto dedicar unos 24 millones de euros a las lecherías de Bailleul (Hauts De France), Pays de Bray (Normandía) y Saint-Just-Chaleyssin (Auvergne Rhône-Alpes) «para adaptar su capacidad de producción de productos lácteos frescos principalmente para las marcas Danone, Activia, Danette, Light & Free», dice en el comunicado.

Lo que parece es que las grandes multinacionales lácteas están poniendo sus huevos en diferentes cestas para que la tendencia del mercado no las pille desprevenidas. La suiza Nestlé es algo que también tiene en mente. De hecho, el pasado mes de mayo anunció que dedicará su fábrica de Sebares, en Asturias, a elaborar para todo el mercado europeo Wunda, su alternativa a la leche elaborada a partir de guisantes amarillos. La fábrica asturiana elabora, en concreto, cuatro variedades de lnuevo producto (original, sin azúcar, con chocolate y Barista). Esta última es la única que se comercializa de momento en España y solo para la restauración.

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