Antes de la huelga de los camioneros el precio al productor estaba bajo, en consecuencia la producción creció muy poco y sustentó una mejora del consumo.
Luego de la huelga de los transportistas la producción se retrajo, aumentó el precio al productor, el consumo retrocedió y se conformó un mejor escenario para el crecimiento de la producción. La relación precio/ costo de producción mejoró, pasando a incentivar la producción de leche.
Si bien las importaciones de leche fueron menores a las ocurridas en 2017, por la retracción de los precios en una primera etapa, en cuanto mejoran los precios al productor, se dio el terreno propicio para el incremento de importaciones que se espera se materialice hacia el último período de 2018, debido a la mayor competitividad de los productos extranjeros versus los productos nacionales.
Para el último cuatrimestre del año (información que todavía no está disponible) habría una recuperación de la producción pero sería muy magra. El crecimiento en 2018 versus el de 2017 estaría entre 0,5% y 1%.
En 2019 se avizoran aspectos que serán positivos para Brasil: mejora del precio al productor y por ende condiciones de producción más robustas. Pero si el tipo de cambio se mantiene, la competitividad de las importaciones seguirá estando presente. Sin embargo será otro año de incertidumbres tanto a nivel político como los cambios propuestos por el nuevo gobierno con efectos sobre la economía.
Fuente: en base al análisis de Valter Bertini Galán, Milkpoint.
