El analista José Luiz Bellini cree que este será un año desafiante para los productores y las industrias de Brasil. “2024 no será el año de recuperación”, apuntó un analista brasileño. Elementos globales y locales juegan en contra.
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"“Después de un año difícil, 2024 aún no será el año de la recuperación y seguiremos observando la exclusión de los productores menos eficientes y de las pequeñas lecherías, como ha ocurrido en los últimos años”, lamenta Bellini."
“Después de un año difícil, 2024 aún no será el año de la recuperación y seguiremos observando la exclusión de los productores menos eficientes y de las pequeñas lecherías, como ha ocurrido en los últimos años”, lamenta Bellini.

Sumado a la compleja situación global, la caída de las importaciones chinas ha mantenido los precios internacionales estables, pero por debajo del promedio histórico. Si bien mostró un ligero incremento del 1,6% con relación al evento anterior, en la subasta del 12/05 Global Dairy Trade (GDT) el precio promedio de negociación fue de US$ 3.323/ton., valor que ya estaba cerca de los US$ 5.000/ton., a marzo de 2022. “Son datos que corroboran la limitada producción de leche de los mayores exportadores de lácteos”, afirma el analista.

Pero si el escenario internacional es motivo de preocupación, el ambiente interno trae noticias positivas. El crecimiento del PIB en 2023 desafió las previsiones iniciales del 0,5% y superó la marca del 3%. La inflación está bajo control y el desempleo está cayendo. “Sin embargo, este buen desempeño de la economía aún no tuvo impacto en la cadena productiva y el consumo de lácteos sigue siendo bajo”, sostiene el investigador Glauco Carvalho. La edición de diciembre de la Nota de Situación Económica de CILeite señala que la débil demanda interna es también uno de los factores que comprometen la rentabilidad de los productores.

“En varios estados, los pequeños productores reciben menos de 1,80 reales por litro de leche (US$ 0,36/lt.), cantidad insuficiente para pagar la producción”, dice Carvalho. Desde julio del año pasado, la relación de intercambio del productor (Índice de Precios Recibidos IPR/Índice de Precios Pagados – IPP) es inferior al promedio de los últimos siete años. La consecuencia de la baja rentabilidad para los productores es un desincentivo a la producción.

Desde hace algunos años, el volumen de leche producido en Brasil está estancado en 34 mil millones de litros anuales.

Un factor que también contribuyó a descapitalizar al productor fue el gran volumen de importaciones que se produjeron el año pasado, especialmente fuera de temporada, cuando el precio de la leche para los productores se vuelve más atractivo. “La caída de la producción fuera de temporada se cubrió con importaciones, lo que aumentó la oferta de leche en el mercado”, afirma Bellini. El analista refiere que, hasta septiembre del año pasado, el volumen de leche producida por Brasil creció un 1,4% respecto al mismo período de 2022 y la oferta de leche per cápita subió un 5,3% debido a las importaciones, que superaron los dos mil millones de litros de equivalente de leche en todo el año.

“Aun con la devaluación de la leche nacional, las importaciones siguieron motivadas por una gran competitividad externa”, dice Carvalho. En la mozzarella, por ejemplo, la diferencia de precios cobrada en Brasil y en los países exportadores alcanzó el 45,8% y en la leche entera en polvo, el 31,5%. Argentina y Uruguay, los principales países exportadores de leche a Brasil, tienen precios históricamente más competitivos debido a una eficiencia promedio del sector superior a la realidad brasileña. Mientras el precio promedio del litro de leche en Brasil es de 39 centavos, la leche argentina cuesta 35 centavos y la uruguaya 36 centavos. A fines del año pasado, el Gobierno Federal anunció dos medidas para incentivar la actividad.

CILeite señala que la presión de las importaciones provocó que los principales productos lácteos del mercado mayorista nacional registraran una devaluación récord de precios a lo largo del año. En la leche UHT, los precios cayeron un 18,6% de mayo a noviembre, alcanzando los 3,76 R$/litro. En mozzarella la caída fue del 15,6%, alcanzando R$ 26,88, en el mismo período. “No se trata sólo del campo; en las industrias, los márgenes también fueron malos, y varias queserías registraron pérdidas durante el año”, afirma Carvalho.

Consultados a investigadores y analistas del CILeite qué deben hacer los productores y queserías para afrontar un año que se prevé difícil, sugirieron creatividad y diversificación. La producción artesanal de leche, por ejemplo, está en aumento y puede ser una salida para muchos productores.

El analista Lorildo Stock, por su parte, afirmó que la producción necesita especializarse. “La actividad láctea es compleja y permite fragmentar la producción en sectores como forraje, ganadería y leche. Puede ser que el ganadero tenga mayor vocación en alguna de estas áreas y, al especializarse, optimice la producción”. En cuanto a la industria, la investigadora Kennya Siqueira afirma que las empresas lácteas deberían diversificar sus productos según las tendencias de consumo, que apuntan a alimentos saludables, funcionales y sostenibles.

Traducido por el OCLA del newsletter de MilkPoint con información de Embrapa

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