Después de que el Ministerio de Comercio chino anunciara la investigación a las ayudas europeas y estatales al sector lácteo, en un nuevo capítulo en las tensiones comerciales entre la UE y China, el portavoz comunitario Olof Gill ha señalado que Bruselas confía en que las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) se ajustan a las normas internacionales, al tiempo que ha dejado claro el apoyo al sector.

“Me gustaría subrayar que la Comisión defenderá firmemente los intereses de nuestra industria láctea y de la PAC. Tomaremos todas las medidas necesarias para garantizar que esta investigación cumpla plenamente todas las normas pertinentes de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, ha asegurado en rueda de prensa.

Gill ha apuntado que ahora el Ejecutivo europeo analizará la información disponible y seguirá de cerca el procedimiento abierto por China en coordinación con la industria de la UE y con los Estados miembros del bloque.

China aduce que este paso responde a la solicitud presentada a finales de julio por la Asociación Láctea de China y la Asociación de la Industria Láctea de China respecto de las subvenciones de los productos lácteos en la UE. Así, emitió el pasado 7 de agosto una invitación de consulta a los Gobiernos de la UE sobre los asuntos pertinentes de esta investigación antisubvenciones y celebró consultas con las autoridades de la UE el pasado 14 de agosto.

Pekín investigará aquellos subsidios redistributivos y subsidios redistributivos suplementarios sostenibles al ingreso; subsidios para jóvenes agricultores y subsidios complementarios a los ingresos para jóvenes agricultores; subsidios relacionados con el almacenamiento de productos lácteos; y el paquete de intervención para el desarrollo rural. Además, se investigarán programas de subsidios implementados por Irlanda, Austria, Bélgica, Italia, Croacia, Finlandia, Rumanía y República Checa.

La investigación por parte del gigante asiático llega después de que la Comisión Europea anunciara aranceles provisionales a las importaciones de coches eléctricos desde China a principios de verano, al entender que los fabricantes chinos reciben ayudas ilegales por parte de las autoridades estatales. En respuesta, Pekín ha llevado este caso ante el mecanismo de solución de disputas de la OMC con el objetivo de salvaguardar los “derechos e intereses” de la industria automovilística china.