Como consecuencia de la sequía padecida en la UE en 2022 la cabaña lechera comunitaria podría situarse por debajo de los 20 millones de cabezas en 2023, según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Ello supondrá una disminución de la producción de leche y de las entregas a industrias a pesar de la subida de los precios al ganadero.
El informe precisa que el censo comunitario de vacuno lechero podría situarse en 19,95 millones de animales, lo que supondría una disminución de 1,7 millones de cabezas con respecto al pico alcanzado en 2016, de 564.000 animales respecto a 2021 y de 257.000 respecto a la previsión de 2022. Las mayores caídas en los efectivos en 2022 se habrían registrado en Francia, Alemania y Polonia mientras que Irlanda, Hungría y Bélgica serían los únicos países en los que aumentará la cabaña este año. Aunque la productividad por vaca no deja de crecer, esta disminución de la cabaña supondrá un descenso de la producción comunitaria de leche; las entregas a industrias podrían situarse el año que viene en 143 millones de toneladas, frente a los 143,9 millones previstos para 2022 y los 144,8 millones de 2021.
El USDA pone también de manifiesto el impacto en la producción de leche de los elevados costes de de producción, que anulan la subida del precio al ganadero, y apunta que la entrada en vigor el año que viene de la nueva PAC y la implementación de los objetivos de la estrategia “de la granja a la mesa”, con sus nuevas exigencias, podrían llevar a más productores a dejar la actividad en los próximos años.
En el caso de la leche de oveja y cabra, la producción cuenta con el impulso que supone el gusto de los consumidores por algunos de sus derivados, en particular el queso.
