Producción en alza: +10,4 % en los primeros diez meses
Según datos recientes del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) y de la Dirección Nacional de Lechería, la producción de leche en Argentina registró un aumento del 10,4 % entre enero y octubre de 2025 respecto al mismo período de 2024, consolidando una oferta sólida tanto para abastecer el mercado interno como el externo.
Además, los stocks finales crecieron un 20,7 %, mientras que las importaciones siguen siendo marginales en la oferta total.
Exportaciones y comercio exterior: avances en volumen y valor
El desempeño exportador también mostró dinamismo: entre enero y octubre, las exportaciones lácteas crecieron 19 % en dólares y 14 % en litros equivalentes, alcanzando un valor de USD 1.353 millones y un volumen equivalente a 2.471 millones de litros de leche.
Octubre fue un mes destacado, al registrar el mayor volumen exportado desde diciembre de 2013, con 47.778 toneladas embarcadas.
Entre los productos con mayor demanda se cuentan leche entera y descremada, quesos semiduros, manteca y suero, con destinos prominentes como Argelia y China, seguidos por Chile y Brasil.
Consumo interno y equilibrio del mercado doméstico
El mercado interno mostró señales de recuperación: entre enero y octubre el consumo total creció cerca de 6,1 % interanual, mientras que el consumo per cápita (litros equivalentes) aumentó 5,6 %.
Aun así, estos niveles siguen por debajo de los de 2023 —para igualarlos sería necesario un nuevo aumento del 5,5 % en consumo total y del 7,3 % per cápita.
La demanda doméstica aún sigue condicionada por los incrementos en gastos esenciales (servicios, transporte, salud), lo que limita el poder adquisitivo para alimentos.
¿Qué significa este repunte para el sector?
Este conjunto de datos —producción, exportaciones y consumo en alza— refuerza la imagen de la cadena láctea como uno de los motores de la agroindustria argentina. Con una oferta creciente y mercados externos exigentes, el sector recupera competitividad y volumen.
Para los productores y la industria, implica mejores posibilidades de ingreso, demanda externa diversificada, y una base más firme para planificar inversiones.
Sin embargo, la recuperación aún coexiste con incertidumbres: la demanda local sigue frágil, y la estabilidad dependerá de factores macroeconómicos, costos de producción y políticas de incentivo al consumo.
Fuente: El Regional Digital






