Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, en el mes de noviembre “la producción fue de 1.046 millones de litros de leche, esto implica un valor 6,1% por debajo del mes anterior (-3,0% en el promedio diario) y un 2,9% menos que igual mes del año anterior”. También cayó en el mes de octubre la venta de productos lácteos un 3,7%.
Los efectos de la sequía que afecta la mayoría de las cuencas lecheras y la incidencia de los altos costos de producción (concentrados, entre otros insumos vinculados a la alimentación del rodeo) generaron esta reducción interanual de la producción nacional en noviembre de 2022.
Según el OCLA, la producción acumulada del período enero-noviembre estuvo 0,2% por encima de igual período del año anterior.
Además, “se evidencia desde mayo una desaceleración en el crecimiento interanual acumulado de la producción de materia prima.
Muy probablemente el mes que estamos transcurriendo por las cuestiones meteorológicos (sequía), de los altos costos de producción y de los precios tanto del mercado interno como del externo (precios justos, menor consumo, precios internacionales a la baja, retraso cambiario y derechos de exportación), presente una caída interanual superior a la observada en noviembre y tengamos una acumulada anual, levemente negativo”, estimó el organismo técnico.
Cabe recordar que “la estimación a principio de año (relevamiento industrial OCLA) arrojaba para todo el año 2022 una suba interanual del 0,6%”.
El dato positivo (si es que puede haber uno en este contexto), es que “en cuanto a la evolución de los denominados “sólidos útiles” (grasa butirosa y proteína), estos subieron el 1,9% en el período enero-noviembre 2022, casi cinco veces más que el crecimiento de la producción medida en litros de leche (+0,2%)”. Sin embargo, en noviembre, a pesar de la mejora interanual de la composición de la leche, ello no alcanza a compensar la caída en la producción en litros y los sólidos caen un 1,8%”.
Como es habitual, la producción desde el pico de máxima en octubre, cae a una tasa del 5% mensual hasta marzo/abril, tomando el promedio diario de producción, para que no afecten la cantidad de días de cada mes, donde luego comienza un nuevo repunte hacia octubre.
CONSUMO Y VENTA
Según la información oficial de la SAGyP y la DNL, “las ventas según la Resolución 230/16 oficial presenta para el mes de octubre 2022 un volumen de -3,7% inferior (-6,8% en el promedio diario) y cayó 4,0% en litros de leche equivalentes respecto al mes anterior (-7,3% en el promedio diario)”.
En este sentido, “si hacemos la comparación interanual (oct22/oct21), las ventas según datos basados en la resolución mencionada, bajaron 0,3% en volumen de productos y bajaron 0,7% en litros de leche equivalentes”.
A pesar de ello, “en la comparación interanual acumulada se advierte una suba en volumen de 0,5% y una caída del 0,2% en litros de leche equivalentes”. Y analizando por grupo de productos, se da un sostenimiento en leches fluidas (la suba de no refrigeradas, compensa la caída en refrigeradas) y una importante caída en leche en polvo entera (fundamentalmente licitaciones) y un pequeño aumento en quesos, con caída en quesos de pasta blanda que son los de mayor importancia relativa en el rubro.
UN ESCENARIO DE CRISIS
Cabe aclarar que la Resolución 230 que sirve para el cálculo de estos datos, “captura una porción mayoritaria de las ventas totales, quedando fuera ventas que posiblemente puedan tener un comportamiento diferente al descrito en el cuadro”. Además, “escenarios como el actual donde hay un fuerte deterioro de los ingresos reales de la población, hacen que proliferen las “ventas informales” que obviamente ninguna estadística puede registrar y además han crecido fuertemente productos que por precio sustituyen el consumo de lácteos, como rayados, bebidas con lácteos, y otros similares”.
Las ventas y por ende el consumo, “presentan en los últimos años una tendencia a la baja en general y una primarización del mismo (productos más básicos: leches fluidas no refrigeradas, quesos al peso de segundas y terceras marcas y yogures bebibles de litro) en detrimento de aquellos productos de mayor valor agregado y por ende económico”.
En el análisis del OCLA, “esta situación sin duda se da por un fuerte deterioro de los niveles de ingresos reales, fundamentalmente de los segmentos medios de la pirámide de ingresos, lo cual al margen de reducir el volumen de consumo, afecta el valor del mix de ventas haciendo que se facture un menor valor en las ventas internas, que claramente reflejamos en los análisis de la cadena de valor cuando mencionamos los bajos valores del VLE Mercado Interno en dólares respecto a otros países (que sería aún menor de no existir el fuerte retraso cambiario actual)”.
Obviamente que el “control de precios”, agudiza el proceso de menor recaudación de la cadena y que seguramente desemboque, debido al menor incentivo, en un estancamiento de la producción, incluso caída si no se revierten herramientas como estas que nunca surtieron el efecto buscado, al menos el manifestado, y no se profundiza el control de la marginalidad, que genera una fuerte competencia desleal y tira hacia abajo todos los precios de la cadena.