Investigaciones recientes —entre ellas de la Universidad de Copenhague (2023) — señalan que al combinar café con leche, los polifenoles del café se unen a las proteínas de la leche, lo que “aumenta la respuesta antiinflamatoria de las células inmunitarias”, sugiriendo un posible beneficio sobre salud digestiva e inflamatoria.
No obstante, ese mismo proceso puede interferir con la absorción de ciertos compuestos antioxidantes, como los aminoácidos clorogénicos del café. En un estudio controlado, se observó que la excreción urinaria de estos compuestos era menor cuando se combinaba café y leche, lo que apunta a una menor biodisponibilidad inmediata.
Además, para personas con riesgo de deficiencia de hierro —o quienes consumen alimentos ricos en hierro no hemo—, mezclar leche con café podría reducir la absorción del mineral, ya que tanto polifenoles como calcio compiten con el hierro por su absorción. Por ello, se recomienda evitar la ingesta de café o café con leche en cercanía a comidas principales.
En cuanto a la cafeína, el contenido no cambia al agregar leche: una ingesta moderada (hasta unas 3-5 tazas diarias, ~400 mg) suele ser segura para adultos sanos, pero conviene evitar su consumo por la tarde/noche para no afectar el sueño.
En resumen: beber café con leche no es un “error nutricional” per se —para quienes priorizan sabor, digestión y tolerancia, puede incluso ser conveniente—, aunque quienes buscan maximizar ciertos compuestos bioactivos deberían considerar beber café solo.
Fuente:
El Ancasti — Agregarle leche trae más beneficios — https://www.elancasti.com.ar/revista-express/agregarle-leche-trae-mas-beneficios-n600659 El Ancasti






