El precio de la leche en polvo entera, principal producto de exportación de la cadena láctea argentina, en el mercado internacional, profundizó su caída durante la última subasta organizada por la multinacional Fonterra.
El valor de la tonelada se ubicó en U$S 3.544, un 6,1% por debajo de los U$S 3.757 de 15 días antes, precio que ya había caído 5% en relación al remate anterior.
Ni hablar lo lejos que quedaron los más de U$S 4.500 alcanzados en marzo pasado, y que marcaron el mayor valor para este producto desde 2013.
INDUSTRIA, EN JAQUE
Según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), la película muestra un dato positivo: el valor promedio de los últimos 12 meses alcanza los U$S 4.026 la tonelada, el más alto desde 2013 (U$S 4.677).
No obstante, lo que preocupa ahora es la foto: el precio registrado en el arranque de agosto es el más bajo desde diciembre de 2016 (U$S 3.581).
Por ahora, afirma el OCLA, “el valor se mantiene atractivo para los exportadores, ya que se ubica también bastante por encima de la media histórica que está en torno a los U$S 3.256 en la serie de 14 años y en U$S 3.079 en la serie de los últimos siete años”.
El problema es que estos U$S 3.544 determinan para las usinas exportadoras un poder de compra teórico de $ 41 por litro de leche cruda, cuando el valor que se está pagando a los tambos ya ronda los $ 50.
“Todo ello debido al fuerte retraso cambiario, la vigencia de derechos de exportación y reducción de reintegros de impuestos internos”, explica el OCLA.
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En este marco, calcula que “si se eliminaran las retenciones y se retomara el valor de reintegros, con este precio el poder de compra se ubicaría en $ 48 por litro de leche, con lo cual esta medida muy necesaria ya resulta insuficiente y debería mejorarse el valor del tipo de cambio que presenta un altísimo retraso respecto al índice inflacionario al mercado paralelo de ésta divisa”.