La CEO del Grupo Leche Río ha protagonizado en Cofeemprende un 'desayuno emprendedor' organizado por Ferreira Dapía Tech Consultant & Events para compartir sus experiencias personales en cuanto a formación y preparación para el cargo que ocupa.

Carmen Lence, CEO del Grupo Leche Río, ha participado y protagonizado este jueves en Cofeemprende, un ‘desayuno emprendedor’ organizado por Ferreira Dapía Tech Consultant & Events. La empresaria ha compartido con los asistentes sus experiencias personales en cuanto a formación y preparación para el cargo que ocupa, y ha transmitido algunos consejos en cuanto a dirección de empresas se refiere. El evento ha tenido lugar en las instalaciones de Nordés Club Empresarial, y ha estado dirigido por José Antonio Ferreira.

Lence fue desgranando su experiencia vital y profesional, contando cómo fue su adolescencia, que definió de «rebelde» y «con instintos de volar sola». Con 14 años su padre le puso al frente de un negocio hostelero y le recomendó que dejase claro desde un principio que era ella la que mandaba, aunque pronto descubrió que ese consejo no iba con ella y ahí comenzó su gran aprendizaje: “Aprendí la diferencia entre ser un jefe y un líder. Ser jefe es un título, un líder es la persona que tiene la capacidad de motivar e inspirar a la gente para que consigan un objetivo común y lo hace de tal manera que quienes le siguen creen en el proyecto y se sienten parte de él”, explicó.

“Mi segundo gran aprendizaje fue que por mucho que quiera ser otra persona yo soy Carmen Lence. Es muy difícil para mí ser quien no soy. Necesito ser coherente con mis creencias, mis principios y mis valores. Cuando dejé de ser Jesús Lence y empecé a ser Carmen Lence me fue mucho mejor. Mi padre tenía una personalidad y unas circunstancias que no eran las mías. Él lideraba desde su situación y yo tenía que liderar desde la mía. Cuando acepté esto, todo fluyó”, comentó.

Experiencia en Londres

Con 22 años salió de la empresa familiar porque entendió que necesitaba salir de su ecosistema y del paraguas familiar y adquirir experiencia por sí misma. “Trabajar sólo aprendiendo de mi padre me estaba convirtiendo en una persona acostumbrada a recibir órdenes y no a tomar decisiones por mí misma”, dijo Lence. Fue así como, y en contra del criterio de su progenitor, se fue a Londres a empezar de cero y reconoce que la dificultad de buscar trabajo en un país desconocido y con el nivel de inglés que tenía le hizo pasarlo mal e incluso sentirse humillada en alguna entrevista, pero eso le puso los pies en el suelo y le ayudó a comprender que tenía que buscar su ventaja competitiva. «Empecé vendiendo publicidad por teléfono, después vinieron proyectos mejores”, contó.

Después de un periplo de varios trabajos y varios países, EEUU (San Francisco y Boston), Grecia, Italia… volvió a la empresa familiar para hacer un gran equipo con su padre y dar comienzo al proyecto de relevo generacional, “volví a la empresa después de haber trabajado en otros lugares y países, mucho más formada, habiendo aprendido idiomas, y eso me hizo sentir que no volvía como la hija del jefe, y creo que el equipo también lo pensó así porque me sentí acogida con muchísimo respeto, no era la hija de nadie, era Carmen”.

Carmen Lence tiene claro lo que quiere para la empresa que vio nacer y que mamó desde la infancia, y lo expresa con humildad pero con contundencia. “Leche Río no está para pagarnos el sueldo a los que trabajamos ahí, que por supuesto que también, pero está sobre todo para defender Galicia. Mi compromiso no es solo con Leche Río, es con Galicia y con el sector Lácteo Gallego”, zanjó.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas

Más Leídos

Destacados

Sumate a

Mundo

Seguinos

Suscribite a nuestro newsletter