Javier Quel está al frente de la empresa de envasado y procesamiento de alimentos Tetra Pak para el Cono Sur. La compañía funciona como un buen termómetro del consumo masivo porque sus ventas se mueven al compás de las de lácteos, conservas y otros productos básicos. Hoy, según Quel, la situación es preocupante. El consumo se resintió y el ejecutivo proyecta una recuperación recién en el segundo semestre. Aún así, la compañía invertirá más de u$s 50 millones en su planta de La Rioja este año.
¿Qué deja de aprendizaje el año que pasó?
Cerramos un año sin precedentes, imposible de predecir e inédito. Fue bien desafiante cuando comenzó la pandemia. Pero ser una multinacional sueca lo hizo más sencillo. El foco siempre fue proteger a la gente y, al ser una empresa que provee envases, equipos y servicios para alimentos, fue esencial desde el primer día. Nunca cerramos las oficinas.
¿Estuvieron menos expuestos por estar vinculados a alimentos?
Sin ninguna duda. Pero, para nuestros clientes, el impacto no fue homogéneo, ni siquiera en el tiempo. En envases -que es el negocio más recurrente-, donde se vio stockeo de los consumidores por la cuarentena, creció muy fuerte, como en leche y las conservas. El vino sufrió al principio el menor consumo fuera del hogar pero comenzó a mejorar y creció a tasas de alrededor del 8%. La leche y las conservas crecieron a tasas de 30% los primeros meses. Una locura. Todo lo que es consumo fuera del hogar, como jugos en cajas chiquitas, sufrió mucho.
¿Qué pasó con esas empresas tan afectadas?
Pusimos mucho foco en apoyar a esos clientes con apoyo financiero y técnico. Sobre todo, postergamos deudas, le dimos más tiempo para pagar. Fabricar en la Argentina nos trae ese compromiso doble. Nosotros invertimos entre u$s 30 millones y u$s 50 millones por año en equipamiento que nos compran o alquilan nuestros clientes, que financiamos a largo plazo.
¿El balance del año entonces es positivo?
Cerramos con un leve crecimiento en ventas. Con problemas en rentabilidad pero, principalmente, vinculados a la devaluación. Los insumos de los envases son importados, se compra muy poco acá, y vendemos en pesos. Entonces, la devaluación impacta fuerte. Que fabriquemos acá es positivo para toda la industria que, si no, tendría que importar los envases en dólares y endeudarse en dólares con mucha imprevisibilidad. En cierto modo, en medio de una devaluación, comprarnos productos es como comprar dólares. La rentabilidad está complicada porque tuvimos que movernos entre el poder adquisitivo del consumidor y una inflación y devaluación que incrementa los costos muy fuerte.
Aun así, ¿en el año de crisis tuvieron ganancias y en el anterior pérdidas?
Ganancias leves. El 2019 estuvo en rojo porque nos desendeudamos.
¿Exportar compensa el impacto de la devaluación?
Ayuda mucho. Somos el principal exportador de envases del país. De la producción general, exportamos el 40% del volumen.
¿Cuál es la principal dificultad que enfrentan?
Los impuestos no ayudan. Hay productos que compiten son más baratos a veces por ser importados. Los costos laborales, de importación de insumos, Ingresos Brutos, y otras cargas adicionales hacen que la presión impositiva sea muy fuerte.
¿Tuvieron problemas para importar?
No. Creo que una buena receta es que nunca especulamos con traer ni un poquito más de materia prima, nunca aceleramos pagos al exterior ni demoramos.
¿Tiene previsto realizar inversiones este año?
Tenemos previstas inversiones por $ 400 millones que tienen que ver con productividad y calidad en equipamiento en la fábrica y mantenemos el volumen de inversión en el mercado local que hacemos anualmente de entre u$s 30 millones y u$s 50 millones que, luego, financiamos y recuperamos en el largo plazo.
¿Qué espera para 2021?
Esperamos que sea mejor que el año pasado pero hay gran preocupación por el poder adquisitivo de la gente. Notamos en los últimos meses un freno en el consumo masivo. Los primeros meses que lo notamos pudo tener que ver con el sobrestockeo por pandemia. Pero eso ya no existe, así que ya es preocupante la caída del consumo. Ojalá se trate de que el consumidor se volcó a comprar otras cosas, a salir y que sea transitorio. Preocupa porque estamos hablando de alimentos básicos. Es para prestar atención. Por eso, en estos primeros meses, yo no espero que de golpe crezca fuertemente el consumo. La expectativa está en el segundo semestre. Hicimos el presupuesto igual al de 2020 y ojalá tengamos una sorpresa buena.