En un país donde todo puede volverse tema de discusión política y económica, ahora llegó el “cepo al dulce de leche“, según comentaron en la mesa del programa “Comunistas”, por Bravo TV. Una panadería sorprendió con un cartel que informa a los clientes que por docena de facturas, solo cuatro pueden contener dulce de leche. El resto debe completarse con otras variedades. La medida no tardó en viralizarse y desatar un debate que mezcla inflación y consumo popular en clave humorística.
El periodista Juan di Natale lo bautizó rápidamente como “cepo repostero”, y la ocurrencia se volvió tendencia. “Vas a comprar una docena de facturas y está $5.200, pero solo te dejan llevar cuatro con dulce de leche. Le ponemos límite”, expresó, marcando la ironía de una situación que parece insólita, pero refleja una realidad cada vez más común: la pérdida del poder adquisitivo modifica hasta las costumbres más tradicionales.
El abogado y dirigente de la UCR, Agustín Rombolá, asiduo integrante de la mesa del programa que se emite de lunes a viernes a las 20.30, no se quedó afuera del debate y bromeó en redes: “¿Soy muy radical si prefiero crema pastelera?”, mientras que el propio Di Natale propuso, entre risas, lanzar una “docena premium” para quienes estén dispuestos a pagar más por evitar el cepo. El fenómeno traspasó el humor y abrió una discusión de fondo sobre el pulso del consumo en Argentina.
El “cepo al dulce de leche” se convirtió así en un símbolo del ajuste cotidiano, donde ya no se habla de lujos sino de productos tradicionales de la mesa argentina que se vuelven cada vez más inaccesibles para una parte creciente de la población.
BR / FPT