El alza de costos complicó la rentabilidad del sector, que exige un incremento en el valor del litro de leche. Advierten que peligran miles de puestos de trabajo.

La producción de leche cerró un 2022 para el olvido y la perspectiva para el año que acaba de comenzar es por demás de preocupante.

La suba incontenible de los costos operativos, combinada con una rentabilidad en descenso por efecto de la inflación disparada, mantiene en estado crítico el funcionamiento de un segmento que sufrió el cierre de 400 tambos sólo en el último período. Las entidades de la lechería señalan, además, que la sequía también pega en los gastos de la actividad y piden una suba del precio por litro.

El dato del cierre pronunciado durante 2022 fue informado desde la Asociación de Pequeños y Medianos Empresas Lácteas (APYMEL), que además dio cuenta de la afectación que provoca la sequía en el costo de los insumos productivos.

En el sector también exponen al precio de 61,59 pesos por litro que perciben los productores como otra variable que complica el escenario para los tambos a partir de la inflación vigente. Los productores de leche señalan que, para compensar el uso intensificado de soja y maíz como alimentación para el ganado por la falta de pasturas, la unidad debería pagarse al menos 25 pesos más.

El sector alerta por la crisis de los tambos

En días recientes, toda la cadena láctea expresó su preocupación ante el difícil momento comercial que afecta a la actividad mediante un comunicado que llevó la firma de la mencionada APYMEL, CAPROLECOBA, la organización que integra a los productores del oeste bonaerense, el Centro de la Industria Láctea Argentina (ICIL) y entidades del agronegocio como CREA y CONINAGRO, entre otras.

“Hoy, la actual situación de sequía generalizada, que afecta a la totalidad de las cuencas lecheras del país, nos está golpeando fuerte. El impacto en los costos de producción por este efecto combinado con medidas como el ‘Dólar Soja’ ya supera el 13 por ciento“, indicaron las organizaciones.

El

El “Dólar soja” complicó los números de los productores de leche.

 

“(Esto) se suma a un aumento inflacionario en dólares del 20 por ciento que acelera la caída en la generación de valor de la cadena, que en octubre de este año fue negativa en 5.001 millones de pesos”, añadieron.

Las entidades remarcaron que “esta situación pone en un estado de vulnerabilidad a los tambos de menor escala, menos de 4.000 litros de producción de leche por día, que reúnen al 64,1 por ciento del total de tambos del país”.

En el comunicado las organizaciones detallaron que, en la actualidad, la actividad lechera genera 200.000 puestos de trabajo. Y que el rubro logró exportar, en los primeros 10 meses del año, unas 344.000 toneladas de materia prima por un valor de 1.400 millones de dólares.

Faltantes de importados

A tono con las dificultades para acceder a insumos importados que atraviesan todas las industrias, la lechería también se ve fuertemente afectada por las trabas al ingreso de bienes y materiales provenientes del exterior.

Recientemente, APYMEL reconoció dificultades para sostener el abastecimiento de leche por falta de insumos para el procesamiento y el envasado de productos.

 

La falta de insumos importados también afecta al negocio lechero.

La falta de insumos importados también afecta al negocio lechero.

 

“Vemos con preocupación las demoras en la autorización del SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina). Esto dificulta la provisión de insumos y pone en riesgo la producción en nuestras empresas”, expuso la entidad otro comunicado.

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