El cierre del 6° Outlook de la Cadena Láctea tuvo dos bloques de interés, que reforzaron las ideas de cambio que se plantean hacia adelante en el sector.
Mirando el “impulso a la innovación”, se trataron modelos que hoy ya trabajan en las modificaciones más diversas a las que debe apuntarse para adaptar de forma constante a la cadena.
Alvaro Ugartemendia, el titular de Lácteos Capilla del Señor, remarcó la importancia de la digitalización de los procesos, incluso de la recolección de la materia prima, hasta la liquidación final por Siglea, que se pone a disposición de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, para multiplicar la ventaja.
Con otras cinco empresas, formaron Sensaciones Queseras, un grupo de comercialización exportadora conjunta, que consiguió cambiar desde la intención colaborativa algunas tramitaciones formales.
“Lo que uno puede cambiar, si hay que ponerlo sobre la mesa, no opinar sobre lo de los demás”, sostuvo con la intención de fortalecer el mensaje de sostener “foco y agilidad”, para la detección de problemas y la acción sobre sus situaciones.
Para Gabriel Tinghitella, responsable del área de Innovación en Movimiento de CREA, hay que tener en cuenta que “los procesos dependen de personas, no hay máquinas que innoven por nosotros la implementación depende de personas, por eso la adopción de tecnologías está ligada a quienes las instrumentan”.
Adecuarse a los nuevos tiempos
Con el foco continuando en las personas, el coordinador de FunPEL destacó que no cambió la dimensión del tiempo, pero si la velocidad en la que los cambios se presentan, por lo tanto “resistirse al cambio es condenarse”, por lo tanto “hay que tener equilibrio para que cuando se generan cambios no se pierdan oportunidades”, mientras que se busque de forma constante “que siempre hay que buscar la evolución de las personas, de los equipos y de las empresas”.
Para Ingrid Drago, de BCR Innova de la Bolsa de Comercio de Rosario, es importante trabajar en los ecosistemas de innovación, donde los que desarrollan están en el centro de la escena, para que las diferentes instituciones colaboren en ese proceso, que sin dudas es conjunto.
Pero el cambio que muchos quieren tiene relación con lo que significa la comercialización de la leche cruda, el vínculo entre tambos e industria.
Sobre esto se desenvolvió el cierre de este encuentro.
Sebastián Alconada, director Nacional de Lechería, comenzó aclarando que “el Siglea no es un sistema de comercialización de leche, es una referencia que puede ser usada para la comercialización. Es un indicador que tomó valor y que permite acceder a financiamiento”, pero claramente perfectible.
Haciendo un repaso por la cuenca de Villa María, donde en septiembre hubo 981 tambos para 84 compradores, demuestra una vez más la competencia.
Tambos e industria
En el país, el 51 por ciento de los productores tiene una permanencia en la industria superior a 34 meses y el 38 por ciento está en una misma industria hace más de 45 meses, es así que uno de cada diez tambos proveen a más de una industria y uno de cada tres litros se proveen a más de una industria.
“Hay 19 de las 25 tipificaciones que subsidian indirectamente a los productores”, entendiendo así que la desaparición de Renspa está en los de menor calidad de materia prima, por eso llamó a conocer más para poder crecer, sabiendo que en este vínculo de dos partes, “la confianza es uno de los pilares de la articulación”.
“No somos suficientemente eficientes” aseguró Luciano Di Tella, en el lugar de la industria pyme, explicando también que lo que subyace de desconfianza es “porque algunas cosas no las estamos entendiendo de la misma manera”, entre empresas y tambos.
Falacias lácteas
Las falacias lácteas que enumeró arrancaron con la inexistencia de una posición dominante de las empresas grandes, por la incidencia de la existencia de las pymes.
En la fijación de precios “siempre hay una parte que avanza primero” y luego opera el mercado, en tanto que en la compra-venta de leche entre industrias se permite pagar mejores precios y quizá la calidad que busca cada industria no está dada de la manera como la entiende el productor.
“Fijar el precio al principio del mes no mejoraría el precio al tambero”, porque no permitiría ajustes posteriores.
En cuanto a los plazos de pago, dijo que los que reciben los productores son mejores que los que los supermercados les imponen a las industrias, que a su vez manejan su capacidad ociosa según lo necesiten.
Descartó que los cambios en la leche de referencia aumente el precio y remarcó que “la incertidumbre es parte del negocio” donde “el Siglea es un dato estadístico del pasado”, creyendo que los acuerdos con esta referencia y un porcentaje no funcionan.
Llamó a no pretender peleas, a trabajar todos como empresarios, buscar eficiencia y limar las rispideces, en un ámbito de confianza.
Relación entre producción e industria
José Di Nucci es coordinador de FunPEL. Su intervención fue una suerte de reflexión para acercar a las partes.
“Están los que vemos a la articulación como un problema o como un castigo, el problema que podemos llegar a solucionar es la desconexión, la falta de contacto entre las partes”, que debería tener un marco estandarizado.
Definió al Siglea como una “formidable base de datos e información”, que “muestra tanta variedad de oferta y las necesidades de la demanda”.
Según su mirada, entre producción e industria hay “una relación dificil porque competimos por renta”. Para resolver esto, el camino es “instar a que los que sostenemos el cliente durante un tiempo largo, busquemos la forma de intercambiar bien cuáles son las propiedades del producto que más le conviene y también cuál es nuestra actitud más adecuada”.
A modo de compendio del bloque, el analista José Quintana manifestó que “hay confianza, eso no quiere decir que nos guste lo que hace nuestra contraparte”, pero la clave está en mejorar la relación comercial a través del diálogo, de entender la necesidad del otro, de los contextos de crisis y “el Estado tiene que ser garante de la transparencia”.
Quintana concluyó que “tiene que haber un ámbito donde todos pensemos por la lechería misma, para que a todos nos vaya bien, ese es el rol fundamental que tiene que asumir la FunPEL, hay que pensar a la lechería como un todo para aprovechar las oportunidades”.
El cierre del 6° Outlook de la Cadena Láctea
La clausura del evento estuvo a cargo de Franco Lamberti, gerente de la Cooperativa de Tamberos Unión Villa Trinidad; y de Héctor Molfino, de Saputo Argentina, ambos integrantes del Consejo Consultivo de la FunPel.
Lamberti miró con optimiismo todo lo que se exhibió este jueves en el auditorio de la Universidad Nacional de Villa María y avanzó, “antes se tapaba con inflación toda la ineficiencia, ahora se va a premiar la productividad. Tenemos que ser productivos y eficientes, para eso usar el Ocla y la FunPEL y que no se cierre más un tambo en la Argentina”.
Para Molfino quedó en claro que esta es “una etapa de cambios, que debiera ser el disparador de una nueva fase de FunPEL, con un mayor atractivo”. La propuesta es generar una mayor participación, con acuerdos, pero “con el destino final que sería la creación de un Instituto Lácteo Argentino, donde definitivamente todas las problemáticas, aciertos, desaciertos del sector, que tiene un potencial por liberar, contenga ese ámbito de discusión donde se termine todo con una palabra del sector” y así se consiga una postura unificada.
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