La crisis de Claldy, que busca reestructurarse con 50 despidos, ha movilizado a los productores de Paysandú, quienes se comprometen a seguir remitiendo su leche y solicitan la intervención estatal.
La industria láctea uruguaya enfrenta una nueva crisis, esta vez centrada en la empresa Claldy, que anunció el despido de 50 trabajadores como parte de un plan de reestructuración. Ante esta situación, los productores lecheros de Paysandú, agrupados en la Asociación de Productores de Leche (APLP), han manifestado su total respaldo a la compañía. Los productores, que ya vivieron la traumática experiencia del cierre de la empresa PILI en 2019, ven en la viabilidad de Claldy la única garantía para la continuidad de su propia actividad.
La crisis de Claldy, según el artículo, se debe a la necesidad de modernizar una planta con maquinaria desgastada para mejorar su eficiencia productiva. A pesar de que la reestructuración incluye el doloroso recorte de personal, los productores lecheros han decidido mantener su apoyo. En una reunión con la empresa, el dirigente de la APLP, Gerardo De Souza, transmitió un mensaje claro: “estamos en el mismo barco”. Este compromiso es vital para Claldy, ya que asegura la remisión de la leche cruda, que es la base de su negocio.
Sin embargo, el apoyo de los productores no es suficiente. Ante la magnitud de la crisis, han hecho un llamado al gobierno para que intervenga. El objetivo es que las autoridades acompañen la búsqueda de soluciones que permitan preservar las fuentes de trabajo y la actividad en la región. La industria láctea es un pilar fundamental de la economía de Paysandú y la desaparición de Claldy tendría un impacto devastador en la cadena de valor láctea.
La situación de Claldy también refleja un dilema más amplio en la producción lechera uruguaya. Si bien la empresa busca ser más competitiva con menos personal y mayor eficiencia, esta estrategia genera un conflicto laboral que se está negociando en el Ministerio de Trabajo. La empresa defiende la reestructura como una medida para asegurar la continuidad de los 200 trabajadores restantes, pero los sindicatos buscan proteger todos los puestos de trabajo.
En conclusión, el respaldo de los productores a Claldy es un acto de solidaridad y pragmatismo en un sector frágil. La crisis de la empresa pone de manifiesto la urgencia de modernizar la industria lechera y la necesidad de una articulación estratégica entre productores, empresa y gobierno. El desenlace de este conflicto no solo definirá el futuro de Claldy, sino que marcará un precedente importante para el sector en todo Uruguay.
Fuente: La Mañana