La cuenta de excedente también aumentó un 5,02 % al pasar de 9.683 millones de pesos en 2019 a 10.170 millones en 2020. Sergio González, gerente de la compañía, anotó que el 2020 fue un año de contrastes en la producción de leche, pues mientras en el primer semestre se observó un marcado déficit de leche en el país, en el segundo semestre la sobreoferta causó grandes problemas a los productores.
A la disminución de la oferta de leche durante el primer trimestre y a las altas importaciones provenientes de los Tratados de Libre Comercio (TLC), se sumaron dos variables con las que no contaba el sector y que afectaron la capacidad adquisitiva del consumidor: La primera de ellas relacionada con el incremento del 8 % del precio base del litro de la leche cruda pagada al productor, uno de los incrementos más altos en los últimos años que se reflejó en los precios no solo de la leche líquida, sino también en gran parte de sus derivados, restando competitividad en los mercados nacionales e internacionales y estimulando la informalidad. La segunda fue la rápida propagación del covid-19 y la consecuente desaceleración de la economía.
En el informe anual, González añadió que el período de lluvias, que entró de forma tardía en el segundo semestre en el territorio nacional, normalizó la producción de leche en el país en la misma época en la cual las ventas y el consumo se contrajeron a causa del menor poder adquisitivo de los hogares.
“Estas dos situaciones, sumadas a las importaciones de leche, generaron una sobreoferta en Colombia que tuvo como consecuencia la disminución de compras y del precio al productor por parte de algunas empresas, inicialmente en la altiplano cundiboyacense. Esta situación, que rápidamente se evidenció en Antioquia y en el resto del país, obligó a muchos productores a botar parte o toda su producción de leche y a buscar la comercialización a precios inferiores a los establecidos por el Gobierno. Para diciembre el mayor consumo de leche en la temporada navideña alivió, en parte, el panorama”, menciona el reporte presentado a los afiliados.
Igualmente, la compañía resaltó que fiel a su misión cooperativa, mantuvo la política de no importación de leche. En 2020 y especialmente en el segundo semestre, se mantuvieron las compras, el precio y el pago oportuno para asociados y no asociados, aún cuando parte de la producción no era posible venderla en el mercado, se utilizó la infraestructura de pulverizadoras y plantas UHT para su respectivo almacenamiento.
En ese contexto, Colanta almacenó el año pasado en promedio un inventario de 4.134 toneladas de leche en polvo, siendo el pico máximo 7.580 toneladas. Para UHT, el promedio del año fue 9,7 millones de litros, alcanzando 10,5 millones de litros en los niveles más altos.