La cooperativa lechera Colega, de la vereda Monquetiva, en Guatavita (Cundinamarca) cumple 25 años de haber sido creada y empezaron su celebración el pasado 9 de marzo con un conversatorio con un experto internacional en temas cooperativos.
“No queremos celebrarlo simplemente con la fecha del 31 de octubre que es la conmemoración de la fundación, sino que vamos a hacerlo todo el año con diferentes actos y actividades”, indicó el gerente de la cooperativa, José Ignacio Tamayo.
Colega es una cooperativa formada por 40 pequeños productores de leche. Luego de conocer y estudiar las alternativas del sistema de economía solidaria, seleccionaron el modelo cooperativo, constituyeron y legalizaron la cooperativa, convencidos que esta empresa sería la oportunidad para lograr el anhelado desarrollo social, tecnológico, cultural y económico, convirtiendo sus predios en empresas productivas, rentables, sostenibles y sustentables, pese a las dificultades geográficas y medioambientales donde habitan.
Iniciaron así su desarrollo basado en un modelo cooperativo que estructuraron según la normatividad vigente y pusieron en práctica el esquema administrativo basado en los principios de la solidaridad y el cooperativismo.
Hoy toda la comunidad de la región de Monquetiva está integrada a la cooperativa y ha desarrollado su propio modelo de producción. La economía de la comunidad se fundamenta en la producción de leche y cuenta con el grupo Coleguita, la escuela de cooperativismo para los niños.
La cooperativa nació por la necesidad de la gente para solucionar un problema y es que esa palabra es clave para organizar cualquier cooperativa. Se estudiaron diferentes formas de organización y escogieron el modelo cooperativo y lo estudiaron con un profesor que les explicó cómo funciona porque hay que entenderlo.
Diferentes proyectos
A lo largo de estos 25 años han adelantado, por ejemplo, planes de desarrollo empezando por mejoramiento de praderas, mejoramiento genético y producción de leche de calidad.
Esto es algo que puede sonar elemental pero cuando la gente no sabía que el pasto se podía mejorar para que las vacas tuvieran mejor comida y que lo mismo se puede hacer con la genética para que las vacas sean más lecheras o den más carne, era diferente. Todo ese desarrollo tecnológico fue fundamental.
Luego, se han ido trabajando otros elementos como el desarrollo social. Se tienen programas muy importantes de la cooperativa para ayudar a las familias. Algo sencillo y práctico, como «Los Coleguitas» que es para los hijos de los asociados que pueden ingresar cuando cumplen siete años y el papá les debe regalar una ternera.
Esa ternera que es propiedad del niño, debe levantarla con sus teteros, sus cuidados, llevar registros, de modo que así va aprendiendo a ser ganadero en la práctica.
Este programa tiene su propio estatuto, organiza su junta directiva en pequeño y cumplen una serie de actividades. Rematan el programa con un paseo de 3 o 4 días a Melgar para tener un desarrollo social y de recreación, lejos de su familia. Cuando cumple 18 años ya es ganadero con dos o tres animales porque esa ternera que le regalaron se multiplicó.
La cooperativa también ayuda para el estudio de los jóvenes. Cuando van a la universidad les ofrecen auxilio para la matricula, pueden pagar el semestre y lo devuelven en seis cuotas, cinco del 10 % y la otra mitad con las calificaciones. Si el promedio es de 3,7, no ha perdido materias, ha cumplido con normas de colaboración en las actividades de la cooperativa, le condona ese 50 %. Así han tenido varios profesionales y el primero que se graduó llegó a ser alcalde y hoy día sigue trabajando en el municipio como zootecnista.
Hay dos elementos que son fundamentales para que los jóvenes regresen al campo: primero que se les brinden oportunidades, y segundo, que los padres no se vivan quejando de su trabajo y de lo que viven en la finca porque eso desanima a que regresen, señaló Tamayo.
Valor agregado
En la parte de valor agregado la cooperativa ha avanzado de manera importante. Con la ayuda de Países Bajos crearon la quesería HolaAndes que produce queso holandés madurado, de excelente calidad y en dos años seguidos que han participado en un concurso mundial, ambas veces han sido premiados con medalla de plata o de bronce, participando en una categoría donde hay mas de 500 productores holandeses.
Ese queso se comercializa en redes sociales, se hacen despachos a domicilio, pero especialmente se está creando un nicho de mercado especial de restaurantes, delicatesen y hoteles de alta categoría.
«Nosotros hemos logrado en la cooperativa un desarrollo tecnológico para la producción de leche y ya todos los asociados son profesionales en su labor, implementando acciones para la nutrición de los animales, en su manejo, en la genética, las buenas prácticas ganaderas, el bienestar animal, etc., todo lo cual se traduce en una leche de excelente calidad», manifestó.
De la producción de leche de los cooperados, una parte para la producción de quesos y la otra se le vende a Colanta. «Gracias al cooperativismo nosotros estamos disfrutando de un mejor precio que el de la mayoría de los productores», añadió el líder de Colega.
A futuro tienen un plan de desarrollo estratégico que trabajan sobre cuatro ejes: sostenibilidad ambiental, sostenibilidad social, sostenibilidad productiva y sostenibilidad cooperativa.