La tierra fértil, el caudal de agua que junto a la altura de la localidad crea un microclima en el que prácticamente no se ven las heladas en invierno, y la cultura del trabajo que mantienen sus pobladores convierten a la localidad en un centro económico basado en la agricultura, ganadería y elaboración de productos derivados.
No obstante, la falta de oportunidades comerciales hizo que muchos de los productores relegaran sus propias plantaciones y se dedicaran a cultivar tabaco como empleados de otros, debido a la necesidad de contar con un ingreso fijo que cubriera los gastos familiares.
Ahora, la nueva gestión municipal iniciada en diciembre último se puso como principal propósito devolverle a Aurora la categoría de municipio altamente productivo.
El intendente Carlos Goring, del Partido Agrario y Social (PAyS), es quien impulsa la nueva planificación a futuro con vistas a una mirada agrícola (ver Goring busca…).
Asimismo, en una recorrida que realizó junto a El Territorio, el alcalde mostró el potencial de los trabajadores de la tierra y la diversificación que hay en las chacras.
Esta diversificación justamente es la que llevó a la presentación de un proyecto en Cámara de Representantes por parte del PAyS, que pretende se declare a la comuna como capital provincial de la diversificación productiva. Actualmente, la ciudad ostenta el título de Capital Provincial del Ananá y en ese marco se realiza cada año una fiesta alegórica que reúne a toda la comunidad y comunidades vecinas.
En la última fiesta, realizada hace dos semanas, el gobernador Oscar Herrera Ahuad se comprometió a avanzar en la construcción de una planta secadora de granos y una planta elaboradora de alimentos balanceados que pueda darles valor agregado, teniendo en cuenta además que Aurora cosechó 17 millones de kilos de granos sólo en 2019.
Las frutas estrella
Según determinaron, la cuenca del mamón generó 7.400.000 kilos de fruta el año pasado. Sin embargo, y como lo mostró el intendente Goring en la recorrida, la opción del mamón está desapareciendo.
Es que la falta de un comercio seguro hace que los colonos elijan otro tipo de productos, pese a que el mamón es una fruta muy codiciada en la gastronomía mundial.
Por su parte, la cuenca del ananá, compuesta por alrededor de 39 productores, logró unas 400.000 frutas de primera calidad en 2019, de acuerdo a lo que se detalló.
En ese marco Daniel Dermer (22) y su padre Valdir (59) tienen entre 20 y 30 mil plantas de ananá en Aurora.
“Es un trabajo constante, porque hay muchas enfermedades, y hay que estar atentos”, adujo Valdir. Contó además que a algunas plantas se le hace inducción y que están probando nuevas metodologías para un mejor aprovechamiento del abono y la tierra, como la cobertura de las plantas con un plástico.
El colono explicó que antes de invierno tendrá frutas para la comercialización de una camada que plantó en septiembre pasado.
“Hay plantas que producen de forma natural y a las otras se les hace inducción, que es ponerle un líquido que se compra y congela, hace que se forme la fruta y sí o sí sale la fruta, acá hay unas 35.000 plantas por hectárea. Pero a las que se le hace inducción ya no vuelven a salir nuevas frutas”, aseveró.
Y advirtió: “Hay que cuidar incluso de la maduración, porque se puede llegar a pudrir. La gente ya conoce y viene a buscar acá, mi mercado es acá mismo”.
Los Dermer aclararon que no utilizan fertilizantes tóxicos, sino que trabajan todo de manera natural, por lo que la fruta ni bien extraída de la planta ya está apta para el consumo. Cada fruta en el mercado se vende a unos 50 pesos.
Los lácteos apuntan alto
De acuerdo a lo que se consignó, el año pasado se llegó a producir más de 4 millones de litros de leche, además de sus derivados. Esta superproducción logró el sostenimiento de casi mil familias que venden sus productor a la Cooperativa del Alto Uruguay Limitada (Caul), además de los mercados concentradores y comercios.
También se destaca la elaboración del “yogurito misionero”, proyecto de carácter provincial en conjunto con el Conicet y la Caul.
Una de las familias productoras de lácteos más reconocidas de la zona es la familia Conin. Allí, Lidia y Ademar elaboran unos 311 litros por día con el trabajo de ordeñe de unas 37 vacas, de las 48 que poseen.
“El trabajo es sin descanso, no hay vacaciones ni días libres, todos los días hay que trabajar con los animales, hacer leche es uno de los trabajos más arduos”, aclaró Ademar.
Y acotó que la mayor necesidad es la de contar con un silo y una planta de alimentos balanceados. No obstante, los Conin son una de las familias más innovadoras en producción, por lo que ya están pensando en la posibilidad de crear un “minisilo” para uso propio.
“Demanda una gran inversión, por sobre lo que ya tenemos con el tambo, pero necesitamos un depósito para tener el alimento de las vacas, con una capacidad de 500 bolsas, para poder llegar de un ciclo de maíz a otro, porque a veces las ratas pican el maíz y pierde calidad”, afirmó. Sostuvo que desde 2010 aproximadamente se empezó con el trabajo en el tambo y cada año se fue haciendo alguna modificación e inversión, con la idea de ir creciendo de a poquito.
La familia cuenta con dos tanques para almacenar la leche, uno de 950 litros y otros de 500 litros, además de un sistema moderno de ordeñe a motor que extrae leche de a cuatro vacas a la vez. El ordeñe se hace dos veces por día.
El trabajo duro no es impedimento para las familias de Aurora, que lo único que piden es apoyo para seguir labrando.
Y así empiezan otro día, madrugando entre cantos de gallo y el mate bien fuerte, acompañado por un pan casero que devuelve las fuerzas para iniciar un largo día, siempre con la esperanza de que el milagro de la tierra aparezca una vez más en sus chacritas misioneras.
Goring busca devolver la potencialidad productiva
Promover el arraigo rural y la diversificación de cultivos son los principales ejes de la gestión que inició Carlos Goring al frente de una de las comunas reconocidas como altamente productivas.
El representante del Partido Agrario y Social (Pays) aseguró que la única forma de sacar adelante el municipio es con un trabajo fuerte en las chacras, que debido a la proximidad con el río Uruguay y la costa brasileña son dueñas de un suelo bendecido para la cosecha.
En entrevista con El Territorio, el alcalde – que asumió en diciembre pasado tras renunciar a su banca de diputado provincial– destacó las potencialidades que posee la localidad, además de los proyectos que busca concretar para darle un nuevo matiz a la Capital del Ananá.
“Aurora se destaca hace varios años ya como productora, tenemos una estructura de trabajo con inmigrantes de Brasil que llegaron acá y todos producen. Tenemos diversos cultivos que se vienen trabajando hace mucho tiempo. Se destaca bastante el área de lácteos, la genética viene de Brasil y las familias de acá empezaron la producción”, señaló el alcalde.
La leche como pujanza
Apuntó que la Cooperativa del Alto Uruguay Limitada (Caul) es primordial para la comercialización de los productos de la zona, principalmente la leche.
“La Caul en su momento hacía solamente ananá, mamón, pepino, esas cosas. Cuando cerró la empresa Leandrito, que buscaba la leche de Aurora, la Caul abrió una parte de acopio de leche y empezó a trabajar con los productores. A partir de eso, se amplió la fábrica, más productores se pusieron a hacer leche y hoy están acopiando en la fábrica 160.000 litros mensuales”, contó el jefe comunal.
En esa instancia, también mencionó que hay otras dos cuencas en la zona que producen 150.000 litros y 75.000 litros por mes, respectivamente. “Tenemos en esas tres cuencas, 380.000 litros de leche mensuales. Por fuera además hay productores que no están involucrados en las cooperativas, pero hacen quesos caseros y venden para distintos comercios”, agregó.
Comercialización
El intendente contó también que están trabajando para que la producción de ananá y de mamón siga creciendo. No obstante, determinó que uno de los principales problemas es la falta de una cadena de comercialización segura.
“Por la zona geográfica costera, al tener niebla, no tiene helada y se puede producir ananá. El mamón se produce también, pero el único problema es la venta”, adujo.
En este punto, Goring recordó que la mayor fuente de trabajo en las chacras está dado por el tabaco, aunque la idea es que los propietarios puedan ir mutando las plantaciones hacia otro tipo de siembras.
“Hay que buscar diversificación. En tabaco somos el tercer municipio productor, primero está San Vicente, segundo El Soberbio. Tenemos un máximo de 40 familias que producen ananá, de mamón hay un poco más, y en tabaco hay más de mil”, apuntó.
Empero, admitió que mientras no haya algún sistema de mercadeo, será difícil que los productores se animen a cambiar la plantación. Por eso, adelantó que se encuentran trabajando fuertemente con Agricultura Familiar para fortalecer la feria franca y traer producciones bajo cubierto –como el tomate– para ubicar en el Mercado Concentrador.
Motivar el arraigo
Goring fue muy crítico del accionar de la gestión anterior, pues asevera que no acompañaba al productor ni lo incentivaba a labrar su tierra con distintos tipos de cultivos, pese a los pedidos de ayuda de los colonos.
“Hay una especie de confianza ahora de que el municipio va a acompañar al productor y obviamente que también la Provincia acompañe al municipio porque es una cadena. Es una lástima que las frutas se pierdan”, sostuvo.
En ese marco, anticipó que se contratará próximamente a un secretario de Producción municipal, que junto a un veterinario, se encargará de visitar las chacras que tengan cría de animales, principalmente aquellas que se dedican a la producción de lácteos.
“Yo como intendente veo como las familias dejan la chacra y se van a los barrios y no es lo mismo atender a la gente del barrio o la colonia. El colono necesita producir y que la venta esté asegurada, y los caminos arreglados para sacar los productos, nada más. Mientras que en el barrio ya tienen otras necesidades, hay que entrar con Acción Social, y el municipio no está en condiciones de ayudar a todas las necesidades que tenemos”, expresó.
Al tiempo que añadió: “Por eso intentamos mantener a la gente en las chacras, porque fuera de la producción no hay más fuentes de trabajo, obras casi no hay. Buscamos pero no está fácil y la tierra es fértil, solamente hay que saber sacarle provecho”.