De acuerdo con Cubillos, lo que resulta paradójico es que se siga importando cuando la producción nacional de leche continúa con buen ritmo, a pesar de algunos inconvenientes que se han tenido con el clima.
La razón para ello, según el experto, es que mantener más oferta les permite a muchas empresas transformadoras tener poder de negociación para pagarle un precio más bajo al ganadero.
Recuerda Cubillos que, en un año, desde el primero de enero de 2026, ya no habrá contingente para la leche en polvo importada desde EEUU, sino que se tendrá libre comercio, es decir toda la leche que se importe desde el país del norte no pagará arancel. Lo mismo ocurrirá con la leche en polvo importada desde la Unión Europea desde el primero de enero de 2028.
El gobierno de Gustavo Petro anunció, incluso desde campaña, que se renegociaría el TLC con Estados Unidos y ya como presidente habló de revisión, pero lo cierto es que hasta la fecha ninguna de las dos cosas ha sucedido.
Mientras tanto, afirma el profesional, “el sector lechero debe convivir con tal situación de competencia, en muchas ocasiones desleal, dados los aparentes subsidios que estos países otorgan a sus productores lecheros y que generan asimetrías y graves repercusiones en la producción colombiana”.