Un hallazgo que vincula el consumo de lácteos con la salud cerebral
Un estudio realizado en Japón sugiere que comer queso al menos una vez por semana podría reducir en un 24 % el riesgo de desarrollar demencia en adultos mayores.
La investigación, publicada en la revista científica Nutrients, analizó datos de más de 8.000 personas de 65 años o más durante un período de tres años.
Los investigadores observaron que entre quienes consumían queso regularmente, solo el 3,4 % fue diagnosticado con demencia, frente al 4,45 % de quienes no lo incluían en su dieta. Aunque la diferencia absoluta parece pequeña —alrededor de 10 casos menos por cada 1.000 participantes—, representa una tendencia estadísticamente significativa.
El posible papel del queso en la función cognitiva
El equipo japonés sugiere que los aminoácidos esenciales, las proteínas y las vitaminas liposolubles, especialmente la vitamina K2, podrían contribuir al mantenimiento neuronal y la salud vascular.
El estudio también destaca los beneficios de los lácteos fermentados, cuyos microorganismos pueden influir positivamente en el eje intestino-cerebro y reducir procesos inflamatorios vinculados con el deterioro cognitivo.
Además, investigaciones previas ya habían asociado el consumo regular de queso y yogur con menores riesgos de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, factores que suelen preceder al desarrollo de la demencia.
Precaución e interpretación responsable
Los autores advierten que los resultados no prueban una relación causal directa entre el consumo de queso y la prevención de la demencia. Se trata de un estudio observacional, por lo que otros factores como el estilo de vida, la genética o el tipo de queso consumido también podrían influir en los resultados.
Aun así, los hallazgos abren una nueva línea de investigación sobre el impacto de los alimentos fermentados en la salud cerebral y refuerzan el potencial de los lácteos como aliados en la nutrición de adultos mayores.
Fuente: Euronews Salud






