Mientras en España la recogida, transformación y distribución de leche funciona a pleno rendimiento _incluso el responsable de Lactalis Iberia, principal láctea a nivel nacional, garantizaba la normalidad durante todo el período que dure la alarma_ en otros países de Europa la situación del sector es bastante más delicada. Es el caso de Alemania o Francia, primer y segundo productor a nivel europeo, donde los principales agentes del sector alertan sobre las graves consecuencias que la expansión del COVID-19 empieza a tener sobre su actividad.
De hecho, DMK, la mayor cooperativa láctea germana, ya plantea medidas como una bajada ordenada de la producción y el almacenamiento privado de derivados lácteos con el fin de desatascar un mercado condicionado por la caída en la demanda de productos de elevado valor añadido como el queso. Otro tanto sucede en Francia donde la interprofesional de productos lácteos (CNIEL) ya ha puesto en marcha una campaña entre sus 60.000 miembros que busca reducir un 5 % el volumen de leche durante el mes de abril. La iniciativa cuenta con un presupuesto de cerca de 10 millones y permitirá abonar 32 céntimos ?cantidad similar a la que se liquida actualmente la leche gallega- por cada litro que se deje de producir.
De forma paralela, la CNIEL, en una petición que también han suscrito los ministerios de agricultura francés y alemán, reclama de la Comisión Europea la puesta en marcha de mecanismos públicos de intervención que permitan aliviar los excedentes de leche que sufren determinadas industrias mediante la compra y almacenamiento de productos durante la crisis. Incluso la European Milk Board (EMB) reconoce la existencia de este problema que, en mayor o menor medida, afecta a las principales regiones productoras de Europa.
«La cantidad de leche que producen las granjas resulta excesiva en comparación con la capacidad de procesamiento de la industria en un contexto que se agrava por la fuerte reducción de la demanda de determinados productos», explica en un comunicado la sectorial lechera europea que agrupa a más de 100.000 ganaderos de 16 países europeos. Para esta entidad, existen varios indicadores que advierten de la situación delicada por la que atraviesa el mercado lácteo. Entre ellos destacan las cotizaciones a la baja de los productos lácteos industriales en las últimas subastas de Global Dairy Trade o las caídas de casi el 6% en los futuros lácteos en la European Energy Exchange.
Un problema que ya sufrió Galicia
Aunque resulte difícil de entender en un país deficitario desde el punto de vista lácteo la producción española es de siete millones de toneladas mientras el consumo supera las nueve- el aumento descontrolado de la producción también causó serios problemas a los ganaderos gallegos hace unos años. Fue concretamente en 2015, a los pocos meses de haber desaparecido las cuotas lácteas y obligó a muchos productores a tirar parte de la materia prima para la que no encontraban comprador.
Tanto es así que muchas lácteas incluso optaron por penalizar a aquellos ganaderos que aumentaron significativamente su volumen de leche en comparación al ejercicio anterior y otras optaron directamente por un sistema de doble precio. Es decir, abonaban a cotizaciones de mercado el volumen pactado inicialmente con la granja y a cantidades muy inferiores los excedentes.
Desde el propio sector no se descarta que esta situación pueda volver a repetirse a tenor del aumento que ha registrado la producción en Galicia desde la desaparición de los cupos de producción hace cinco años. De hecho, durante este período, el volumen de leche que sale de las granjas sufrió un aumento de 136 toneladas diarias. Paralelamente, el consumo de lácteo sigue una línea descendiente en la última década.
Europa amplió la producción un 0,5 % el año pasado
Al actual escenario se llega tras cuatro años consecutivos de aumento de la producción en el conjunto del continente. Solo durante el ejercicio 2019 el volumen de leche entregado a la industria aumentó un 0,5% en comparación con 2018, lo que se traduce en un incremento de la materia prima de más de 830.000 toneladas.
Aunque países como Francia o Alemania han optado por la contención y la cantidad de materia prima ha caído ligeramente, en otros como Irlanda ha aumentado más del 5%. Es España el repunte interanual ha sido del 2%, punto y medio más que el aumento experimentado por las explotaciones gallegas.