Jack Rodenburg, consultor canadiense de vacuno de leche especializado en ordeño robotizado ofrece unas recomendaciones para adaptar los establos para una correcta instalación de un robot de ordeño. También explica cuáles son las especificidades de las ganaderías de vacuno de leche en Canadá.

Cada vez es más común en las ganaderías de vacuno de leche hacer inversiones de cara a la automatización del ordeño. Algunas granjas se diseñan desde 0 con una infraestructura adaptada a la robotización, pero otras -la mayoría en Galicia- hacen reconversiones de sistemas tradicionales.

“Creo que, en ambos países, cuando una granja invierte en equipos de ordeño”, entre el 70% y el 80% opta por un modelo automatizado en lugar de sala rotativa”, explica en declaraciones a Campo Galego Jack Rodenburg,  asesor lácteo canadiense y experto en bienestar animal y granjas con ordeño robotizado.

En cualquiera caso, para ambos países “la reconversión puede obtener buenos resultados si el proyecto está bien planteado, pero, por el contrario, puede perderse rentabilidad si no hay un espacio adecuado alrededor de los robots”, explica el asesor canadiense.

Si la renovación no contempla la separación de las vacas para su manejo puede que no optimice el sistema y necesite una mayor cantidad de mano de obra. De este modo, “las mejores renovaciones suelen consistir en añadir una pequeña sección al final de la granja para los robots con espacio de manejo detrás de ellos”, concreta.

Igualmente, antes de proceder a una robotización, el asesor lácteo recomienda atender a otras cuestiones de vital importancia que pasan desapercibidas: “si el ganadero cree que su granja actual provoca cojeras, mastitis o vacas cansadas es necesario que solucione estos problemas antes de automatizar el ordeño; el bienestar animal es fundamental para la obtención de unos buenos índices de producción de leche por vaca”, recalca Rodenburg.

“Si el ganadero cree que su granja actual provoca cojeras, mastitis o vacas cansadas es necesario que solucione estos problemas antes de automatizar el ordeño” (Jack Rodenburg)

Entonces, se existe la posibilidad y la necesidad de ampliar una granja “los establos libres existentes con plazas pequeñas y pasillos estrechos pueden convertirse en una excelente opción para novillas, por lo que, si la ampliación fuera parte del plan, construir una nueva sección para las vacas y renovar el antiguo para las novillas, sería la solución ideal”, especifica el asesor lácteo.

En cuanto a la distribución, “grupos de 120 vacas con dos robots por grupo es el ideal en estos momentos porque reduce el estrés cuando uno de los dos cae; los grupos de más de 120 vacas hacen que la recogida sea más difícil, aunque con algunos sistemas de localización de vacas, los grupos de 180 vacas también se lleva bien en las lecherías más grandes de Canadá”, opina Rodenburg.

En este sentido, refuerza la idea de que “los robots son una excelente opción para grandes granjas, y asimismo, considera que los rebaños más grandes pierden leche porque las vacas tienen que caminar más lejos y esperar más tiempo bajo más estrés en las zonas de espera abarrotadas”.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que “los robot pueden acercar el ordeño a los lugares donde viven las vacas y reducir el tiempo de espera así como el tiempo que pasan caminando de una parte a otra; por ejemplo, muchas lecherías estadounidenses en las que la sala de ordeño rotativa está al límite de su capacidad están viendo muy rentable añadir partes robotizadas en el incluso lugar, es decir, comienzan a ordeñar las vacas frescas en las salas y trasladan las vacas de ordeño rápido con buena ubre a los robots”, avanza el experto canadiense.

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En el último año, la subida de los costes de producción y el abandono del rural ponen encima de la mesa problemáticas en torno a la mano de obra de granjas. “Después de la Covid, los costes de la mano de obra y los problemas para encontrar ayuda empeoraron por lo que se prevé un rápido crecimiento en la adopción del ordeño robotizado y de los sistemas de alimentación automatizados para vacas y terneros; estos últimos pueden tener una rentabilidad mayor que la de los propios robots de ordeño”, comenta Jack Rodenburg.

La adopción de estas tecnologías en las ganaderías basadas en pastos “demostró ser un reto” y aunque su desarrollo fue lento “los robots de ordeño móviles que ordeñan las vacas cerca de donde comen son el siguiente paso lógico para aquellas zonas en las que el ordeño basado en los pastos es rentable”, pronostica el canadiense.

Por otra parte, hace falta tener en cuenta que en la actualidad existe un interés creciente en términos de sostenibilidad, por eso en el corto plazo “lo mejor es centrarse en el aumento de producción por vaca mediante un mayor énfasis en la comodidad del animal, especialmente con un mejor control de la calidad del aire y de la temperatura, pero también con estrategias de alimentación más sofisticadas”, afirma el asesor lácteo.

En la misma medida hace hincapié en que “entre las formas más directas de minimizar el impacto medioambiental en una granja está la gestión de estiércoles, a través de lo cual se puede reducir las emisiones y la necesidad de fertilizantes comerciales. Por eso, quizás algunas de las nuevas áreas en las que deberíamos buscar oportunidades para la automatización sea en la robótica de manejo de estiércoles, así como en la aplicación de agua sobre los cultivos de una forma más oportuna y precisa”, adelanta.

“El sistema de cuotas en Canadá nos protege de las importaciones y nos da un precio alto de la leche»

 

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O baño de pés no carril de separación á saída do robot é a mellor opción para xestionar este proceso coa mínima man de obra e o máximo control. Fonte: Jack Rodenburg

 

En Canadá existen dos modelos de granjas típicas más marcados: aquellas que ordeñan entre 200 y 500 vacas en granjas modernas con salas rotativas, que son de propiedad familiar, pero cuentan con mano de obra contratada y un promedio de 50 a 70 animales por trabajador; y “aquellas otras muy presentes también, con rebaños más pequeños, que ordeñan entre 40 y 60 vacas, muchos de los cuales siguen alojados en cuadras de corral, utilizando únicamente mano de obra familiar”, describe Jack Rodenburg.

Una de las principales diferencias es el sistema por cuotas que rige el mercado lácteo canadiense con el complemento del programa de control de calidad ‘ProAction’ lanzado en 2011.

El sector canadiense está protegido contra la competencia de productos importados mediante uno complejo sistema que controla la producción interior mediante el establecimiento de cuotas, por el cual existen organismos encomendados a su distribución y a su cumplimiento, y que asimismo, establecen un límite para la producción lechera destinada a la comercialización nacional.

“Mi sensación es que formato de estabulación para vacuno de leche es similar a España, con una diferencia sustancial sobre el precio de la leche. Nuestro sistema de cuotas nos protege continuamente de las importaciones y nos proporcionan un precio de la leche lo suficientemente alta cómo para que las explotaciones establecidas y razonablemente eficientes sean siempre rentables”, destaca Rodenburg.

“Nuestro sistema de cuotas nos protege continuamente de las importaciones y nos proporciona un precio de la leche lo suficientemente alta” (Jack Rodenburg)

¿Estas diferencias pueden influir en la implantación de robots de ordeño? Aunque el asesor lácteo canadiense afirma no tener cifras para España hace hincapié en que su sensación “es que la adopción del ordeño robotizado es un poco más rápida en Canadá, porque con buenos ingresos, los ganaderos tienen más confianza para adoptar una tecnología más costosa”. Por este motivo, “alrededor del 20% de nuestras granjas tienen robots y ese número está creciendo rápidamente”, apunta.

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