El sector lácteo sufrió un fuerte impacto a la hora de exportar por el aumento de 4,5% en la alícuota a la leche.
El principal producto que exporta la industria, según Giraudo, es la leche en polvo, que ya tenía un arancel del 9%, con un impuesto de $ 3 por cada dólar.
“Es un impacto sorprendente, porque se trataba de eliminar ese 9% de desventaja, que afecta sobre todo a las Pymes que buscan exportar quesos”, expresó.
“Esta medida tira para atrás todo el esfuerzo”, indicó.
Respecto al panorama de la industria durante el año de la pandemia, aseguró que el sector cerró el 2020 “con buenos números”:
“La producción creció un 7% y el consumo, a pesar de la mala situación, se mantuvo igual a 2019 y las exportaciones subieron 40%, que fueron las que salvaron al sector”, expresó.
Ahora, si bien en volumen los números “anduvieron bien”, en materia de precios el panorama comienza a diferir.
“Gracias a estos impuestos, en el mercado interno hubo una suba del 35% del precio, sin embargo, con la medida de “precios cuidados”, para los productores hubo retraso de precios del 20% con lo que el sector recibió hasta un 25% menos”, detalló el experto.
“El sector suele facturar un dólar por litro de leche y facturo 75 centavos de dólar. Eso afecta al productor y a la industria”, agregó.
Reveló que “hay posibilidades de renovar aumentos en abril, porque la promesa de suba es larga, por tantas restricciones”.
La situación en los tambos no fue radicalmente diferente: Al haber menos facturación, se entró en una zona de resultado negativo que se agravó en el sector primario por la sequía y porque “los dos principales insumos para producir leche, que son el precio internacional del maíz y la soja y el alquiler de tierras, subieron”, resaltó.
“Esto nos pone en enorme desventaja con el mundo, en Nueva Zelanda no solo tienen 0 aranceles, sino que además tienen acuerdos con China para comercializar”, expresó.
Y cerró: “Es una carrera en la que empezamos a correr 20 metros antes”.
Entrevista de Luis Fernández Echegaray.