Alpina se convirtió en una de las empresas referentes de la región por su compromiso con el medioambiente. Sus distintas estrategias la llevaron a ser reconocida como la primera empresa colombiana en recibir el Sello de Excelencia en Sostenibilidad Icontec en la categoría Excelencia.
De la mano de 450 recicladores, por medio de Veolia –empresa de servicios ambientales–, el año pasado recolectó y transformó la misma cantidad de plástico que puso en el mercado. Trabaja también en la innovación de sus empaques y envases para volverlos ecoamigables. Las sobrecopas de Bon Yurt están hechas hasta en un 75 por ciento de plástico reciclado y la marca Frutto se convirtió en la primera del país en dejar de usar pitillos de plástico.
En cuanto a su compromiso de ser carbono neutro, en los últimos 10 años ha reducido en 25 por ciento las emisiones y hoy mide su huella de carbono incluyendo las emisiones indirectas. Cuenta con una planta de biogás que tiene la capacidad de generar el 38 por ciento de la electricidad renovable de la planta de Sopó, lo que equivale al 18 por ciento de la energía que consume toda la empresa. En 2022, a su vez, garantizó que el 50 por ciento de la electricidad consumida proviniera de fuentes renovables certificadas, un esfuerzo clave en el marco de su estrategia de descarbonización.