La conversión de fibra vegetal en leche de alta calidad es un proceso que realiza el ganado bovino de forma compleja y, muchas veces, confusa para las personas. Conozca cómo es el proceso.
LECHE

La producción de leche es un proceso biológico que involucra la transformación de materiales vegetales complejos en un alimentos altamente nutritivo.

Un estudio publicado en Animal Advances en 2024 arrojó nueva luz sobre la forma en que el ganado bovino lechero, a través de su microbiota ruminal, descompone la lignocelulosa presente en su dieta para extraer los nutrientes esenciales.

El ganado lechero consume grandes cantidades de forraje rico en celulosa, hemicelulosa y lignina, componentes estructurales de las plantas que son difíciles de descomponer. A diferencia de los monogástricos, como los humanos, los rumiantes no pueden digerir directamente la lignocelulosa. En su lugar, dependen de un ecosistema microbiano especializado en el rumen para llevar a cabo esta tarea.

Investigadores chinos analizaron 244 muestras de metagenomas de vacas holstein identificando más de 5.000 genomas microbianos ensamblados, de los cuales 1.374 fueron de alta calidad.

Este análisis reveló una comunidad microbiana diversa con capacidad para degradar la lignocelulosa, facilitando la conversión eficiente de forraje en leche.

Este complejo sistema microbiano permite que los bovinos aprovechen nutrientes que de otro modo serían indigestibles, lo que maximiza la eficiencia alimentaria y la producción de leche.

El estudio también reveló el impacto de distintos tipos de alimentación en la comunidad microbiana del rumen. Se encontró que dietas ricas en granos reducen la actividad de bacterias como prevotella, lo que afecta la degradación de la hemicelulosa y puede disminuir la eficiencia en la utilización de la fibra vegetal.

Por otro lado, dietas con mayor proporción de forrajes favorecen la proliferación de bacterias celulolíticas, optimizando el proceso digestivo y el aprovechamiento de nutrientes. Además, la inclusión de aditivos prebióticos y probióticos en la dieta del ganado ha demostrado ser una estrategia efectiva para modular la microbiota ruminal.

Según Mao Shengyong, líder de la investigación, “comprender los mecanismos microbianos que subyacen a la degradación de la lignocelulosa en el ganado lechero podría mejorar en gran medida la eficiencia alimentaria y la producción de leche. Nuestra investigación arroja luz sobre las vías enzimáticas de los microbios clave y revela cómo los cambios en la dieta pueden alterar o mejorar el proceso de degradación”.

Finalmente, este avance en el conocimiento de la microbiota ruminal abre nuevas oportunidades para optimizar la alimentación bovina, mejorar la conversión del forraje en leche y hacer la producción lechera más sostenible. Al identificar los microbios eficientes y su respuesta a las diferentes dietas, los ganaderos pueden diseñar estrategias de alimentación más precisas que maximicen la producción sin comprometer la salud del animal ni el medio ambiente.

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