«Un 3-4 % de desajuste que exista entre esas cantidades que quieran comprar o vender provocan una variación en el precio de un 10-12 % hacia arriba o abajo», ejemplificó.

Cooperativismo y negociación de precios en Europa
Otro factor a tener en cuenta es el peso de las cooperativas. Así, Holanda o Dinamarca son países en los que la mayor parte de su producción es recogida y transformada por cooperativas, y así cuentan con ciertos mecanismos de ajustes y compensación.

«En España empezarán a negociarse contratos de la leche cuando haya una industria que se atreva a hacerlo. Detrás de una, irán el resto» (Francisco Sineiro)

Un segundo factor diferencial en Europa es la importancia de la negociación de precios entre productores e industria. En ese sentido, puso de ejemplo a Francia por ser uno de los países que tiene una tradición de negociación importante, «mientras en España estamos en el principio. Yo pienso que se empezarán a negociar los contratos cuando haya alguien que se atreva a hacerlo, porque detrás de uno irán otros», pronosticó Sineiro.

En el 2012, cuando se iban a eliminar las cuotas, la UE buscó una solución para estabilizar los mercados y creó el paquete lácteo. Trató de que las relaciones entre quien vende la leche y quien la compra sean estables, que se hagan contratos por escrito y que se cumplan determinadas condiciones. «También se indicaba que esos contratos se negociasen entre la parte productora y la parte que compra y eso es lo que falta ahora», recalcó el experto.

En ese sentido, trataron de hacerse organizaciones de productores, que tendrían el poder de negociar los precios. Se crearon en países como Francia, en España también se formaron, pero la operatividad no es buena, «ya que para que funcionen deben sentarse las dos partes: quien compra y quien vende, y por el momento los que venden no se sentaron».

Leche equivalente y costes de producción
El precio equivalente es el que puede pagar la industria cuando va a transformar la leche en leche en polvo o mantequilla. Por lo tanto es el precio que se pagaría sobre el valor de esos dos productos descontando los precios de transformación y de recogida de la leche. Así, en el mercado internacional se observa que el precio de la leche va evolucionando según el precio equivalente, «con dos diferencias: el precio de la leche varía menos que el equivalente y existe un desfase, cuando sube el precio equivalente, el de la leche reacciona pero con meses de diferencia».

De cara al futuro, Sineiro resalta la importancia de comparar el precio equivalente en la Unión Europea, Estados Unidos y Nueva Zelanda, por ser los tres grandes países exportadores».

A la hora de valorar la rentabilidad de las granjas, Sineiro subraya la importancia de tener en cuenta no sólo el precio de la leche sino también los costes de producción. «Los ganaderos están cogidos entre una tijera de precios porque cuando aumenta o disminuye el precio de la leche, también lo hace su rentabilidad. Esa tijera también actúa cuando sube el precio del concentrado o de la energía, entre otros factores, y la rentabilidad se ve reducida».

Por eso, cuando hay crisis, un litro de leche puede valer menos que lo que se paga por un kilo de concentrado. «Hubo un año, en el 2012, que a pesar de que el precio de la leche era relativamente bueno, como hubo una subida fuerte de la soja, fue un mal año para vuestra rentabilidad», recordó Sineiro.

Contratos y precios indexados
En España, casi todos los contratos son a precio fijo, es decir, se marca un precio en la firma del contrato y se mantiene durante la duración del mismo. Un modelo alternativo es un sistema de precios indexados, que marque la evolución del precio de la leche en función de diversos factores, entre ellos, los costes de producción.

Sineiro y otros profesionales de la Universidad de Santiago desarrollaron un sistema de indexación de precios para la Interprofesional Láctea (Inlac), pero es un sistema que no tiene uso real en los contratos.

El índice A de la Inlac varía en función de 5 factores: el precio del coste de producción (concentrados); el precio de la leche de los cinco países de donde vienen la mayoría de los lácteos importados a España (Francia, Alemania, Holanda, Dinamarca y Portugal) «porque no podemos tener un precio diferente a esos países, ya que se generaría un problema en las importaciones»; precios a salida de fábrica, es decir, como varían los precios a los que venden las industrias la leche, queso u otros; finalmente, el precio de la leche en polvo y mantequilla. «Es lo mismo que se hace con los precios de las pensiones, por ejemplo», defiende Sineiro.

En la leche envasada, el margen de la distribución es pequeña, comparada con otros productos lácteos como el queso o los yogures

Finalmente, Sineiro llegó al precio medio que se paga en Galicia con respecto al resto de España. «Se observan diferencias en algunos años de 2 céntimos por litro y en otros, cuando hay más escasez de leche, es una cifra más alta». Indicó que con 3 céntimos por litro, en los tres mil millones de litros que se producen en Galicia, son 100 millones de euros menos que se cobran por la leche. «No pedimos cobrar más que nadie, tan siquiera igual que la mayoría de las Comunidades».

Problema en la distribución
Las grandes cadenas de distribución ofrecen distintos productos: alimentarios, de higiene y limpieza, etc., por eso, su margen de beneficio se obtiene de cada uno de esos productos y se equilibra. Es decir, llegan a una margen de un 20 % porque en unos productos sacan un 40 % y en otros un 5%. En la leche envasada, el margen de la distribución es pequeño, comparado con otros productos lácteos como el queso o los yogures. El margen en la distribución es del 15 % en la leche, como media de los últimos dos años, mientras que en el queso llega a un 52 % y en los yogures a un 42 %.

Por su parte, Sineiro afirmó que la leche en las grandes distribuidoras y en las regionales se está empleando como producto reclamo: «Aunque ganen poco en la leche, les puede compensar porque los consumidores comprarán otros productos y el margen equilibra». También se están usando las llamadas marcas de distribución, que suponen una parte importante del que se compra. «El precio final de la industria que vende marca de distribución está un 22 % por debajo del otro y eso crea problemas», concluyó.

Visión de la industria
Durante la mesa redonda también participó Antonio Larrea, director de compras de leche en el Grupo COVAP, quien empezó afirmando que «no tengo miedo en hacer contratos con precios indexados, si el ganadero entiende que eso es bueno para su ganadería». Ante esto, en el turno de preguntas un ganadero le pidió que fuera el pionero en empezar con los contratos indexados, «porque si das el paso, seguramente vayan otras industrias detrás».

Larrea afirmó que por el momento se hacen contratos a corto plazo para evitar equivocarse, pero viendo que funciona la indexación, “entiendo que ya se puede empezar a trabajar en este sentido a más largo plazo”. Aun así, tiene la duda de que la mayoría de las ganaderías vayan a preferir un contrato indexado antes que un contrato fijo y «eso es lo que nos impide dar el paso».

«Tengo dudas de que el ganadero prefiera un contrato indexado a un contrato a precio fijo» (Antonio Larrea, Covap)

Recordó que COVAP es una cooperativa, en la que está integrada Naturleite y en la que los ganaderos son parte activa. Se reúnen mensualmente con ellos y «analizamos costos de producción y la realidad del precio equivalente». En base a eso, debaten precios acordes a ellos y así «se fija un precio que sirva para pelear en el mercado».

Por el momento en Galicia no son cooperativa, pero el objetivo a corto-medio plazo y «llegar a formarla». Aun así, aclara que «tratamos de trabajar del mismo modo, por eso no imponemos precios a nuestros ganaderos, sino que tratamos de negociar y de mostrarles nuestra realidad para llegar a un acuerdo».

También puso el foco en el consumidor, ya que «se tiene que enterar de que está pagando un alimento producido por un sector que necesita comer» y criticó que «juzgan los precios de un brick de leche con un Iphone en la mano».

Visión de la distribución
En el mismo encuentro participó Diego Pérez Mira, director de compras de producto fresco de GADISA. Pérez Mira se centró en la cesta de compra de alimentos en España, “que es la más barata de Europa”, y eso pasa “porque somos competitivos”. Indicó que en Alemania sólo hay tres distribuidores y “eso lleva a que los precios sean más elevados”.

En GADISA trabajan con unas 20 marcas de leche y su visión de negocio respecto del mercado de la leche, “seguramente sea muy diferente a otras cadenas”, porque igual otros tienen solo dos marcas (barata y cara) y con eso deben defender su modelo de negocio. “Para nosotros el precio es un vector importante y la leche no está fuera del mundo del precio, pero no es nuestro elemento fundamental de utilización o diferenciación, por eso cuando se habla de producto reclamo no es así. Ya hace mucho tiempo que en Gadis no hay oportunidades con leche barata”, recordó.

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