Fiel a su filosofía, Alquería reaccionó de manera oportuna al desafío que sugirió la presencia del coronavirus COVID-19 y los efectos sobre la salud y la economía a nivel mundial.
“Desde muy temprano nos preparamos, el 3 de marzo teníamos el primer protocolo de bioseguridad, sabíamos que el distanciamiento era importante, triplicamos el número de buses para llegar a las plantas, 15 personas por bus y no 40, que tuvieran siempre mascarillas, insistimos en el lavado de manos y el control con la toma de temperatura”, relató Carlos Enrique Cavelier, coordinador de Sueños de Alquería.
Ser una de las principales compañías de alimentos en Colombia la comprometía con dar ejemplo de responsabilidad y liderazgo en medio de la pandemia.
“El mayor reto ha sido tratar de cuidar la gente, a nuestros colaboradores. Nos guardamos mil personas durante seis semanas. Otras 3.500 se quedaron en plantas, centros de acopio, en camiones recolectores y distribuidores; ellos son nuestros héroes y han sabido estar a la altura del desafío”, aseguró Cavelier.
Controles estrictos y una conciencia permanente de cuidado por parte de todos los empleados de Alquería, han sido determinantes para que la compañía se mantenga firme en el mercado, pese a las circunstancias.
“Hemos aislado a personas con morbilidades que puedan afectar su salud de manera importante si llegaran a tener el virus”, añadió Cavelier.
El compromiso social de Alquería también ha sido definitivo para combatir el hambre entre la población más vulnerable.
A través de la Asociación de Banco de Alimentos, “estamos entregando 10 millones de vasos de leche y otros productos nuestros a millones de hogares colombianos que los necesitan”, concluyó Cavelier.
Lecciones de Alquería, una compañía que ha sabido sortear la crisis cuidando lo más importante: su gente.