La leche entera en polvo alcanzó los 4.364 dólares la tonelada, pero hay dudas respecto a su consolidación.

La leche en polvo entera alcanzó ayer su máximo valor en los últimos siete años al promediar los 4.364 dólares la tonelada en la ronda de ventas organizada por la firma neocelandesa Fonterra. De esta manera, en solo quince días el precio aumentó un 21 por ciento, un fenómeno que sorprendió a todos los actores de la cadena.
Entre los productores, la noticia generó una pequeña luz de esperanza respecto a una mejora sostenida de la rentabilidad del negocio, aunque prevalece la cautela.
“Al ser Nueva Zelanda -y Fonterra- el principal exportador mundial de commodities lácteos, es referencia y en este caso particular es el que marca la relación con la demanda del sudeste asiático”, explicó a Clarín Rural el coordinador del Observatorio de la cadena Láctea Argentina (OCLA), Jorge Giraudo, y remarcó que este salto no lo tenía previsto nadie. “Evidentemente hubo alguna compra importante de apuro por parte de China, tal vez porque le bajaron los stocks tras el año nuevo chino y porque los altos costos del maíz y la soja encarecen la alimentación del ganado, encareciendo el precio de la leche local”, detalló respecto de las razones del aumento.
Consultado sobre el impacto que la suba puede tener en el plano local, donde los productores vienen reclamando aumentos a la industria, Giraudo advirtió que hay que esperar para ver si se consolidan estos precios, y explicó que si finalmente se trasladaran a Argelia, Rusia y otros compradores de la leche argentina esto generaría mayores ingresos para la industria, que tendría que volcarlos en mayores precios al productor.
Claro que no es todo tan simple como suena. En los últimos días, productores lecheros de la provincia de Buenos Aires realizaron una asamblea en reclamo de mejores precios y de un mercado lácteo más transparente. “No hay un mercado transparente para negociar la leche, como sucede con los granos y novillos. En la lechería, las empresas te llaman a fin de mes y te avisan cuánto te van a pagar por la leche cruda ya entregada”, explicó Ignacio Kovarsky, vicepresidente de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen. Para tener como referencia, en enero el valor promedio pagado por las usinas a los productores aumentó un 6% y trepó a 22,74 pesos por litro.
Por el lado de la industria, el reclamo tiene como destinatario al Gobierno nacional. Ercole Felippa, presidente de del Centro de la Industria Lechera Argentina (CIL), le explicó hace pocas semanas a Clarín Rural que los lácteos que forman parte de los programas del gobierno pudieron ser aumentados entre un 6% y un 8%, contra un fuerte aumento de los costos, especialmente por el incremento de la mano de obra (42%) y el insumo base: la leche cruda (30%).
El 75 por ciento de la producción local de leche tiene como destino al mercado interno, donde el precio de la leche está desacoplado del mercado internacional por la política de precios cuidados. Entonces, según explica Giraudo, en el caso de que se consolide la suba del precio global se dará una competencia despareja entre las empresas que compran para uno y otro destino. “Uno va a poder pagar 24 pesos el litro y el otro 30 o 35. Eso va a generar un despiole infernal. Siempre que ocurrió esto en los últimos 20 años terminamos teniendo lo que se llama precios de corte. Eso sería terrible para el sector”, remarca.
Por el momento, la herramienta utilizada por el Gobierno para controlar el impacto de las exportaciones lácteas son las retenciones, que actualmente están en un 9 por ciento.
“Estimo que alguna suba de precios va a haber para los productores, pero no la que se espera con estos valores. Espero que el Estado no crea que esto se consolida porque automáticamente va a pensar que habrá desabastecimiento, sobre todo pensando en que estamos entrando en la época de menor oferta estacional”, concluyó Giraudo.

Te puede interesar

Notas
Relacionadas

Más Leídos

Destacados

Sumate a

Mundo

Seguinos

Suscribite a nuestro newsletter