El bienestar de las vacas lecheras se traduce en beneficios tanto para los consumidores, con productos elaborados de forma ética y de mejor calidad, como para la reputación de las marcas.

Además de lograr la condición física ideal, las buenas prácticas en la crianza aumentan la producción de leche y disminuyen enfermedades y mortandad, documenta Certified Humane. Manejo, transporte, ambiente, salud y alimentación son aspectos que evalúan los organismos certificadores.

Los activistas afirman que no existe leche libre de crueldad; en la contraparte, familias de granjeros dedicadas a la ganadería por generaciones aseguran que las imágenes inhumanas, a menudo expuestas en las redes, no son la regla.

No hay duda, en los últimos años, la radicalización ha ganado terreno. El repudio hacia la explotación animal es el argumento más poderoso de quienes profesan el veganismo.

“Pertenezco a una familia que lleva más de 100 años en este noble oficio, trabajo con mi papá, que es veterinario y mi hermano es agrónomo. Juntos hacemos equipo para lograr un producto de alto valor nutricional”.
Gina Gutiérrez,
quinta generación dedicada a la ganadería en Hidalgo

“Como en las personas, la salud entra por la boca; nuestra productividad, eficiencia, capacidad de concentración tiene mucho que ver con los nutrientes, lo mismo pasa con las vacas”.
Gina Gutiérrez,
quinta generación dedicada a la ganadería en Hidalgo

“Las vacas son animales de mucha rutina, mientras mantengas esa rutina lo más estable durante el año o la temporada de lactancia, ellas estarán mejor”.
Gina Gutiérrez,
quinta generación dedicada a la ganadería en Hidalgo

Para conocer un poco más sobre los manejos de una granja, las condiciones en que viven las vacas y sus ciclos productivos, nos acercamos a Gina Gutiérrez, quinta generación dedicada a la ganadería en Hidalgo, y cuyo rancho hoy está vinculado a Grupo Alpura.

Actualmente, 90 por ciento de las granjas asociadas al grupo lechero está certificada en buenas prácticas pecuarias por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Senasica.

¿Cuéntanos un poco sobre la granja? Pertenezco a una familia que lleva más de 100 años en este noble oficio, trabajo con mi papá, que es veterinario y mi hermano es agrónomo. Juntos hacemos equipo para lograr un producto de alto valor nutricional. Tenemos 500 vacas y un poquito menos de 400 becerras.

¿Con qué prácticas se procura el bienestar animal? Mi papá, veterinario con una especialidad en nutrición animal, es el encargado de la salud, nutrición y manejo de nuestras vacas. Trabajamos con seres vivos; así como a nosotros nos afecta el clima, lo que comemos, cómo nos movemos, a las vacas igual. Mi papá diseña las dietas para que ellas estén de lo más saludables, sanas y cómodas.

Las cosas han cambiado muchísimo, ya no te digo en 100, sino en los últimos 20 años, nos hemos ido adaptando para tener instalaciones donde nuestras vacas se sientan libres, esto es que puedan moverse, echarse, caminar, comer y beber agua a la hora que ellas quieran, estar en el sol o en la sombra a voluntad, todo está diseñado para ellas estén cómodas y escojan.

Las vacas tienen a su médico pendiente de ellas 24 horas 365 días al año. Y así como nosotros utilizamos los Smartwatches y dispositivos que miden nuestros ritmos y ciclos, ellas también. Gracias a eso, podemos individualizar el trato, porque a diferencia de nosotros, ellas no pueden hablar o decir dónde les duele.

¿Qué miden estos gadgets? Unos miden la actividad, ya sea pasos o movimientos, el cabeceo, el tiempo de descanso Otros, que me parecen los más interesantes, miden el ritmo ruminal de las vacas. Cada una tiene su propio ritmo y es un buen indicador cuando hay anomalías en su comportamiento.

¿Cómo es esa dieta especialmente diseñada para ellas? Como en las personas, la salud entra por la boca; nuestra productividad, eficiencia, capacidad de concentración tiene mucho que ver con los nutrientes, lo mismo pasa con las vacas.

Además de ser ganaderos, somos agricultores, mi hermano procura producir forrajes de la más alta calidad. Cuidamos la salud de las vacas y del suelo para ello.

La dieta se complementa con una mezcla de minerales y vitaminas que analizamos constantemente para asegurarnos de que la aprovechen conforme a sus necesidades.

Las vacas son capaces de aprovechar ingredientes no aptos para consumo humano ni para otras especies; en su dieta podemos aprovechar residuos como los del aceite de soya y de canola que, de otra manera, serían desperdicio y generan emisiones.

A los consumidores nos preocupa el uso de antibióticos y hormonas El uso de medicinas, incluyendo antibióticos, es normal en cualquier especie, siempre y cuando sea vigilada, en este caso por médicos veterinarios. Mi papá y cualquier otro veterinario dentro de Alpura, porque conozco a varios, no recetan medicamentos sin que sean necesarios. Sí se usan, pero bajo estricto control médico.

Hormonas como una mujer, si una vaca tiene, de repente, algún problema reproductivo, se utilizan, pero de ninguna manera utilizamos hormonas que interfieran con la producción de leche.

Y la inseminación artificial Sí, inseminamos artificialmente a nuestras vacas por varias razones.

La primera, porque desde hace muchos años estamos cuidando la genética, que influye en la salud, longevidad, producción, estado físico y hasta anímico. Eso nos permite producir más leche con menos recursos, porque las vacas se han vuelto más eficientes.

En segundo lugar, por seguridad, no nada más de nosotros, porque manejar un toro con una vaca en celo es complicado, también para nuestras vacas, porque es una práctica, digamos, de mucha fuerza.

Otra imagen común es la de ver a los recién nacidos ser separados de su madre Eso es verdad, lo hacemos por seguridad y sanidad de la becerrita. La separamos para cuidarla mejor y por tranquilidad de las mismas vacas, porque las vacas es mejor tenerlas en grupo y pueden pisar o aplastar a un animal muy pequeño y delicado.

Es como el cunero de un hospital, separas al bebé para darle mayor cuidado en un lugar seco, protegido del medio ambiente; comen a la hora y en la cantidad que lo necesitan y se les da la leche de su madre.

A partir de ahí, ¿qué sucede con las crías? Desde que nacen, hacemos una inversión fortísima en alimentación y cuidados porque queremos que esa becerra esté bien, que crezca sana y fuerte.

Con mucho cuidado, las inseminamos con el toro y la genética que elegimos. La vaca para que empiece a dar leche tiene que parir y su ciclo es muy similar al de nosotros: poquito más de nueve meses de gestación.

Las dejamos descansar para que se recuperen, tomen fuerzas para el nuevo ciclo reproductivo y el nuevo parto. Son procesos muy bien cuidados, con un tiempo muy bien medido.

¿Y los machos? Al no dar leche, su misión de vida es la producción de carne.

¿Cuántos años de su vida pasa una vaca en este ciclo de ser inseminada, parir, dar leche? Obviamente quieres que tu becerra llegue al parto fuerte y sana, entonces depende de cada ganadero el tiempo que le da para inseminar por primera vez y empezar el ciclo.

Cada uno decide también cuántas veces ordeña al día. Nosotros ordeñamos tres veces. En sistemas automatizados, una vaca puede ordeñarse seis veces al día, entra en el robot y se ordeña sola. No es que estén bien o mal tantas veces diarias, es cuestión del ganadero.

Las vacas son animales de mucha rutina, mientras mantengas esa rutina lo más estable durante el año o la temporada de lactancia, ellas estarán mejor.

Aquí estamos produciendo 35 litros por vaca al día, es una muy buena producción para 2 mil msnm. Las vacas son atletas de alto rendimiento, producir leche es extenuante, pero para eso las hemos seleccionado durante miles de años con buenas prácticas genéticas y de manejo. Tengo vacas que pueden dar 60 y hasta 80 litros.

El promedio de vida es de 6 a 7 años, después de eso cambian su misión de vida: cuando terminan su ciclo productivo, dan muy buena carne.

¿Se cortan los cuernos?, ¿con qué propósito?

Gracias a los avances genéticos ya hay toros sin cuernos y ese es un rasgo heredable, es lo que buscas en la genética. Pero sí, hacemos ese procedimiento de la forma más humana posible, es decir, con técnicas quirúrgicas específicas. Mi papá, que es el veterinario, se encarga.

Igual que la inseminación, se hace por seguridad de las vacas y de las personas que manejan al ganado. Las vacas tienen jerarquías, si las mueves de un corral a otro, buscan su escala y siempre hay una dominante; si trae cuernos, en esa pelea puede lastimar a otra.

EN POCAS PALABRAS La embajadora de la leche por Global Dairy Platform señala que el bienestar animal es clave para la sostenibilidad de la comunidad lechera en tres rubros:

– Social: vacas más sanas y cómodas producen más leche, que significa más nutrición para la población.

– Económico: más leche se traduce en mayores ingresos, empleos permanentes, desarrollo de comunidades y reducción de la pobreza.

– Ambiental: se reduce la intensidad de las emisiones, pues una vaca que produce más leche lo hace con menos emisiones.

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