En entrevista con Criterio, el líder ganadero aseveró que el crecimiento demográfico que ha vivido Tizayuca en los últimos años es un factor fundamental para que los productores no puedan desechar el excremento sin causar conflicto entre los habitantes.
“Cabe recordar que esta empresa fue realizada hace 40 años cuando estábamos afuera de toda mancha urbana; desgraciadamente los constructores no midieron el impacto y nos inundaron de casas, dejándonos en medio, literalmente, rodearon la cuenca”, explicó.
Refirió que las administraciones públicas anteriores no debieron permitir el crecimiento desmedido, lo que ahora dificulta el traslado de los 40 tráileres con estiércol que salen a diario de la zona.
Añadió que las heces se aprovechan como abono en los campos de cultivo, pero aún no termina el ciclo agrícola.