Es frecuente escuchar que la lechería argentina se encuentra estancada desde hace muchos años. Si bien esta afirmación tiene una parte que es cierta, ya que la producción total permanece estable; también oculta todo lo que evolucionaron los productores de leche en diversos aspectos, que finalmente se traducen en una mayor productividad.
El tambo argentino promedio
Según la Encuesta sectorial lechera del INTA, en el ejercicio 2018-19 el tambo promedio de la región pampeana tuvo una superficie de 181 hectáreas, 177 vacas totales, y produjo 2.918 litros por día. La productividad anual medida en litros de leche por hectárea fue de 7.802 lts, lo que marca un incremento del 56,5% desde la primera encuesta que se realizó en el período 2001/04, con un cierto amesetamiento en los últimos períodos.
Volviendo a la productividad promedio del último año, que fue 7.802 lts, es importante destacar que dentro ese valor hay un 20% de establecimientos que lograron 13.880 lts/haVT y en el otro extremo otro 20% que sólo produjeron 3.468 lts.
Esto evidencia que es un sector con un enorme potencial de crecimiento, pero que encuentra muchas dificultades para hacerlo.
Trabajar en incrementar la productividad resulta fundamental, ya que, según los resultados presentados por el INTA, el costo de producción es la variable que más impacta en la rentabilidad, y las probabilidades de que ésta sea positiva aumentan a medida que aumenta la productividad.
Producción nacional
En lo que respecta a la producción nacional, según datos publicados por el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), en los primeros 7 meses de este año la producción aumentó un 9% respecto del mismo período del 2019. El consumo per cápita anualizado y corregido a igualdad de días, sería para este año de 184,2 litros/hab./año, es decir un 1% más que en 2019 (182,3 litros/hab./año).
“El mayor consumo, como venimos indicando, se da en los productos más básicos (leches no refrigeradas, quesos blandos y yogures de litro), donde la asistencia social implementada por el gobierno tiene un gran efecto. Pero el consumo en los productos de mayor valor agregado viene en franca caída en los últimos meses”, aseguraron desde el Observatorio.
Exportaciones
Por el lado de las exportaciones, según datos de OCLA, el fuerte incremento del volumen se da fundamentalmente en leche en polvo entera (102% en la comparación interanual), con precios que en los últimos meses oscilan entre 3.000 y 2.800 US$/tonelada y con derechos de exportación de 9% y reintegros de 0,75%, que deterioran el tipo de cambio y generan un poder de compra de entre 26 y 24 centavos de dólar por litro.
“Como veremos la semana próxima durante el 4to Outlook de la Cadena Láctea, que se realizará los días 23 y 24 por la plataforma Eventum, el sostenimiento del consumo y sobre todo el importante incremento de las exportaciones, contribuyeron a no generar mayores excedentes de sobreoferta en el mercado interno. Y evitaron la necesidad de constituir stocks, muy difíciles de sostener para las industrias debido al alto costo financiero que generan y la retracción en el capital de trabajo”, aseguró el CPN Jorge Giraudo, director ejecutivo del OCLA.
Expectativas en el exterior
En la última subasta de Global Dairy Trade, realizada el pasado martes 15, el Índice general de precios subió un 3,6%, luego de 4 eventos consecutivos a la baja. La leche en polvo entera, que es el principal producto que exporta nuestro país, por su parte, subió un 3,2%, alcanzando los US$ 2.985 por tonelada. Fue el primer resultado positivo después de 3 eventos negativos. Estos valores dejan expectante al sector, ya que luego de una importante alza producida en julio por la recomposición de stocks que realizó China, los precios mantenían una tendencia a la baja. Según el Simulador de OCLA, un precio de US$ 3.000/ton de leche en polvo entera arrojaría un Poder de Compra de US$ 0,247/litro, que es prácticamente el valor promedio que están recibiendo los productores, es decir $18,92/litro.
Sin dudas la lechería argentina tiene ventajas comparativas respecto de las condiciones de producción por sobre muchos otros países. Además, tiene una tradición en la actividad, el know how, una genética de altísimo nivel, profesionales especializados y empresarios dispuestos a invertir y crecer.
Sin embargo, falta mucho por trabajar, tanto del sector privado como del Estado, para mejorar la competitividad de los lácteos argentinos en el mundo. Esto no sólo no afectaría el consumidor local, sino que generaría nuevos puestos de trabajo, dinamismo en los pueblos del interior y divisas que el país tanto necesita.